-
El presidente de los cepemistas insistió en que no había ninguna razón para que se declarara el cariz de extraordinario de la sesión. Imbroda culpó al partido de Aberchán de cómo se tuvo que desarrollar el pleno
A los dos minutos de arrancar la sesión plenaria de ayer, la tensión ya se palpaba en el ambiente. Dos llamadas al orden del presidente de la Asamblea, Juan José Imbroda, al líder de CpM, Mustafa Aberchán, nada más empezar el pleno hacían presagiar lo que ya se había venido madurando en los últimos días: que la jornada no iba a ser tranquila.
Más allá de las dos cuestiones a debate, la declaración institucional del Día Internacional contra la Violencia de Género y la encomienda de gestión a Remesa, lo que sobrevoló durante la hora y media de sesión fue el desacuerdo de los grupos de la oposición con que la sesión fuera urgente y extraordinaria.
Imbroda tuvo claros sus argumentos desde el primer momento: la culpa era de CpM. El presidente explicó que los cepemistas pidieron aplazar una comisión de Medio Ambiente programada para el pasado viernes 11, en la que se iba a abordar el asunto de la encomienda de gestión de la depuradora y otras instalaciones de tratamiento de aguas a Remesa. La comisión finalmente se celebró el lunes y esto provocó que la sesión plenaria tuviera que retrasarse más de lo previsto y ser declarada de carácter urgente ante la necesidad de que este asunto se aclare.
Sin embargo, a Aberchán no le convenció en absoluto la argumentación del popular. Al igual que tampoco le gustó que Imbroda utilizara su sillón como presidente de la Asamblea para intervenir en asuntos de carácter político, por lo que le solicitó que se ajustara al reglamento y se pasara a la bancada de diputados del Grupo Popular, una ‘invitación’ que el presidente declinó.
“Armar jarana”
El líder del PP local tuvo claro que la intención real del cepemista “era armar jarana” y de hecho en la última parte de la sesión llegó a pedirle que se marchara si iba a continuar con esa actitud. Pero Aberchán no tenía duda de cuál iba a ser su postura. Ya lo había advertido por la mañana en rueda de prensa. A su entender, no había razón para celebrar un pleno extraordinario y urgente. Las explicaciones dadas por los populares en la Junta de Portavoces pedida por la oposición no le habían convencido ni a él, ni al resto de las formaciones, que aunque con menos beligerancia dialéctica, también dejaron claro durante las votaciones que no estaban conformes con el pleno, aunque Imbroda no aceptara esta postura y quedara reflejada en el acta con un voto en contra de los temas abordados y no una oposición a la celebración de la sesión. “Vengan con las cosas aprendidas la próxima vez”, llegó a aconsejarles el presidente a los diputados.
En cada turno de palabra, se repetía la misma escena. Aberchán insistía en declarar el pleno nulo para no tener que llevarlo a los tribunales e Imbroda, consciente de la situación, repetía su argumentación sobre los motivos que habían llevado a la declaración del carácter urgente y pedía al secretario que reflejara en el acta sus palabras, por si en el futuro finalmente el asunto iba a los juzgados.
Una hora y media después del inicio del pleno y con los dos temas abordados aprobados sólo con los votos del Grupo Popular y el Mixto, se levantaba la sesión. Eso sí, antes de que todos los diputados se pusieran en pie, Aberchán aprovechó el último minuto para volver a leer el artículo 43.10 del reglamento, poniendo un broche idéntico al del inicio. No quedó ninguna duda en el salón de que CpM no veía la urgencia por ninguna parte, apoyado en su tesitura, de forma más discreta, por los otros grupos de la oposición.
Aberchán y Conesa: ‘Tonto es que es el que dice tonterías’
Las intervenciones del presidente de CpM, Mustafa Aberchán, se centraron en mostrar su oposición la urgencia del pleno y al portavoz del Grupo Popular, Daniel Conesa, no le convenció la argumentación del cepemista y consideró,“desde el respeto”, que Aberchán decía tonterías. Al líder de CpM, a pesar del respeto referido, no le gustó esta afirmación ni que Conesa pusiera en duda su implicación en el tema del maltrato y pidió que retirara estas acusaciones, sino quería ser “tonto”. El presidente de la Asamblea, Juan José Imbroda, rogó entonces a Aberchán que se desdijera del “cariñoso” insulto y éste lo retiró, pero recordó que Conesa lo había acusado antes de decir tonterías, y dijo que el que dice tonterías es tonto.