Qué bárbaro, se lleva todo lo grande y hasta en el mundo de la Navidad; todo muy grande tanto como reclamo comercial o bien para meterlo en casa o en una calle. Tiene que ser grande. Eva Blanco y Manolo ‘Margar’ lo saben muy bien y por eso han colocado en la puerta de su establecimiento de estilismo- eso no es una peluquería de señoras sino más bien el paraninfo del buen gusto- un dorado belén de tamaño real; vaya, que los Reyes Magos son más altos de Eva, que ya es decir por que la Miss Melilla acaricia las copas de los Picus.
Pero es que nos acercamos a casa de Miguel Marta –‘Entrevinos’- y encontramos un pedazo y altísimo Papá Noel, con plante neobarroco, con su saco de juguetería a cuestas y una sonrisa pilla y cómplice que paree decir: “Anda tonto, pasa y ponte hasta las orejas de Ribera del Duero; yo vigilo, no te preocupes. Sí, sí, la Navidad es grande, como que se conmemora el nacimiento del mayor revolucionario de la historia de la humanidad, Jesús de Nazaret, pero de 2010, ópticamente, es más grande.
Hay asociaciones curiosas. Por ejemplo, en la plaza de Don Diego Velásquez, hay un comercio en cuya puerta pactan comercio el consabido Santa Claus con el Niño Jesús. El escandinavo, de pie y sonriente y Jesús en un pañito de esos que se amarran a los balcones haciendo testimonio de cristianismo y felicidad navideña. Las dimensiones son tan grandes como, en algunos casos imaginativas.
Es el caso de un domicilio decorado por Antonio López –calle de Sor Alegría- porque un abeto artificial multicolor adorna la sala de estar pero es que el fondo decorativo rinde homenaje a la cultura japonesa: dorados, brillos, equilibrios bien medidos…hasta un japonés puede oler la Navidad en las creaciones de Antonio López.
Y, bueno, si uno se va a la plaza del laureado Comandante Benítez, se encuentra ese cónico y enorme abeto de pega con adornos de estrellitas de colores y cuerdas luminosas, presidiendo la entrada de la Avenida. Es otra forma de ornar, más abstracta pero no menos significativa. Cualquier que pase a su vera sabe que estamos en Navidad, ¿no?.
Los tiempos no están para hacer grandes cosas en Navidad –consumo, me refiero- pero la Navidad 2010 melillense es grande, muy grande. A disfrutarla.