Gracias al taller impartido desde el pasado septiembre, nueve residentes han editado un volúmen con diversos relatos que ellos mismos han escrito e ilustrado.
‘La niña que quería ser bombera’, ‘La playa de Maykel’, ‘El gato Cuca’ y así hasta un total de nueve relatos realizado por los usuarios del Centro Gámez Morón gracias al taller de cuentos impartido este año en cuyo proyecto han trabajado desde el pasado mes de septiembre, se presentó ayer en forma de libro en presencia de los responsables de la Consejería de Bienestar Social.
El centro organiza además 22 actividades y talleres a lo largo del año, pero en este curso, el taller de cuentos fue la principal novedad que atrajo inmediatamente la atención de los residentes. Dirigido y coordinado por Juan Antonio Luque y María del Carmen García, han conseguido encender la creatividad de Achor Hamido, Achor Mohamedi, Brahim Abdelkader, Habiba Mohamed, José Antonio Avilés, José Patón, Manuel Sauceda, Pablo Luis Belmonte y Soraya Hassan.
Por otra parte, la titular del área, María Antonia Garbín, añadió otras de las novedades y actuaciones que se han realizado en el Gámez Morón como ha sido la pintura interior de todo el edificio, la adquisición de un nuevo microbús de 21 plazas para los traslados de los usuarios del centro en la ciudad así como la realización de diversos talleres permanentes y temporales con una inversión de algo más de 600.000 euros. A lo que se suma los 1,6 millones de euros que cuesta el mantenimiento y la plantilla del Gámez Morón, según apuntó Garbín.
Se han editado un total de 100 ejemplares a cargo de la Ciudad Autónoma que se repartirán entre los centros educativos de la ciudad, como así a cualquier organismo que lo solicite.
Un centro para discapacitados físicos
Tras presentar un libro de cuentos realizado por los usuarios del Centro Gámez Morón, la consejera de Bienestar Social, María Antonia Garbín, aseguró que “son necesarias más plazas aunque ahora la demanda está cubierta”. No obstante, siguió reivindicando la creación de un centro de similares características pero para personas con diversas discapacidades físicas.
Un proyecto dependiente del Imserso y que a pesar de que la obra está adjudicada, las obras aún no han comenzado en lo que fue la Residencia de Mayores de la calle General Polavieja. “El proyecto está pendiente del inicio de las obras pero las instalaciones siguen cerradas”, añadió Garbín. Por ello, insistió en la necesidad de crear un espacio para muchos discapacitados físicos que actualmente “o viven en sus casas o en centros de la península” y que necesitan estar en su tierra natal pues la mayoría de ellos “son gente joven con enfermedades degenerativas o por accidentes de tráfico”, explicó.
Actualmente, en el Centro Gámez Morón residen 29 internos y otros 17 en régimen de media pensión. La capacidad total de las instalaciones es de 40 plazas: “Estamos bien de plazas pero son justas”. En este sentido, añadió que de las plazas concertadas con la Dirección Provincial del Imserso en Melilla, esto es 30, se ocuparán en su totalidad próximamente con el ingreso de un nuevo usuario.