La Ciudad Autónoma lleva pidiendo desde hace dos meses a la Administración Central que actúe como debe y limpie de una vez el ponzoñoso Río de Oro.
Foco de infecciones y de propagación de plagas de insectos de todo tipo a causa de la mucho agua acumulada y charcas varias y estancadas que siembran todo su cauce.
La tardanza en iniciarse unos nuevos Planes de Empleo está sirviendo de excusa al Gobierno socialista y a la Delegación gubernativa del Ejecutivo de Zapatero en nuestra ciudad para echar balones fuera, pero más allá de ese tira y afloja está la realidad, insoportable para los vecinos de las viviendas aledañas al Río y de riesgo general para la salubridad de toda la población melillense.
Ayer, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivirse intentó desmarcar de la polémica culpando en parte a la Autoridad Portuaria y anunciando, por otro lado, que en breve procederá a la correspondiente limpieza. Sólo falta ver que cumpla ya su compromiso, porque estamos a mediados de julio, el calor aprieta cada vez más y los charcazos ponzoñosos en el Río de Oro siguen a la solana en lo que no deja de constituir un foco de infección intolerable.