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El presidente de la entidad asegura que unos 200 locales echaron el cierre. Critican que desde la Delegación tomen “cada vez más” medidas restrictivas que limitan sus ventas
La totalidad de los comercios de la frontera de Beni Enzar amanecieron ayer cerrados como había acordado la Asociación de Comerciantes Sectores de Melilla (Acsemel), que convocó para ayer una “manifestación pacífica” en protesta por la reciente limitación horaria (de 7:00 a 11:00 horas) para el paso de porteadores desde el país vecino. “La huelga ha sido un éxito. Ha sido seguida al 100%”, destacó Abdeslam Mohamed, presidente de Acsemel. Según indicó, unos 200 locales habrían echado el cierre.
Los propietarios y empleados de los mismos, alrededor de un centenar, se concentraron desde las 10:00 horas en la plaza cercana a la frontera de Beni Enzar para respaldar al presidente y secretario de Acsemel en su comparecencias ante los medios. Dado que la entidad no contaba con el permiso pertinente por parte de la Ciudad para protagonizar una concentración, la Policía ordenó en reiteradas ocasiones la disolución del grupo. “No más de 20 personas juntas”, repetían una y otra vez los agentes. Hay que recordar que con arreglo a lo dispuesto en el artículo 8 de la Ley Orgánica 9/1983 de 15 de julio, reguladora del Derecho de Reunión, “la celebración de reuniones en lugares de tránsito público y de manifestaciones deberán ser comunicadas por escrito a la Delegación del Gobierno por los organizadores de aquéllas, con una antelación de diez días naturales, como mínimo y treinta como máximo”. La fecha del escrito de Acsemel data del 12 de junio. El presidente de Acsemel argumentó que también ellos se encontraron “de la noche a la mañana” con la restricción horaria. “No nos han dejado capacidad de reacción. Ni siquiera nos comunicaron los cambios y sólo dejaron un papel con el nuevo horario en la frontera”, dijo.
Afectados
Los comerciantes consultados por El Faro lamentaron que el hecho de limitar el tránsito de bultos ha hecho que estén “con los brazos cruzados y con las cajas a 0”. Rachid tiene 45 años y lleva trabajando en el comercio de la frontera desde los 19. No conoce otra forma de subsistir. Criticó que desde la Delegación del Gobierno le quieran hacer a él y a sus compañeros “la vida imposible”. “Primero nos quitaron los viernes y los sábados, luego endurecieron las normas para transportar los productos y ahora también limitan el horario. ¿Qué seguirá después?”, quiso saber. Rachid dijo estar “muy preocupado” porque en casa le esperan cuatro hijos, “más una niña que está de camino”. “Qué dirían ellos si de repente se quedan con menos de la mitad de sus ingresos”, manifestó.
Otro comerciante, Karim, uno de los hijos del dueño de las naves ‘Abdelasis Mustafa Mizzian e hijos’, advierte de las “graves consecuencias que puede acarrear la medida restrictiva que está aplicando la Delegación del Gobierno desde el pasado 5 de este mes. “¿Ve todos los comerciantes que hay aquí?”, preguntó barriendo con el brazo la zona de protesta. “Todos damos de una forma u otra de comer a la ciudad”, señaló. “De la actividad en frontera viven taxistas, transportistas, dueños de bares de ocio. Es una cadena”, añadió.
Su compañero Mimon, que regenta un comercio de alimentación con un socio, dijo que los únicos que no se verán afectados serán “los funcionarios y militares”. Mimon insistió en la necesidad de dar marcha atrás a limitación horaria para que a final de mes “puedan cuadrar las cuentas”. “Tengo que pagar a mis trabajadores”, apuntó.
Por otro lado, Hamed explicó que si la huelga que seguirá hoy y mañana no da su fruto, ya ha pensado en una nueva medida de presión. “No pagaré la aduana de la mercancía que llega al puerto. La recaudación va directa a la Asamblea. Si ellos no cobran seguro que buscan alternativas”, sentenció.