La Guardia Civil ha rescatado esta madrugada a dos migrantes adultos de origen magrebí que intentaban alcanzar la costa de Melilla a nado, a través de la zona de Horcas Coloradas. La intervención, coordinada junto al servicio de emergencias del 061, ha sido clave para evitar una tragedia, ya que ambos presentaban síntomas de hipotermia debido a las bajas temperaturas del agua y las adversas condiciones meteorológicas.
Los hechos se produjeron en torno a las 4:30 horas de la madrugada, cuando agentes de la Guardia Civil detectaron la presencia de dos personas en el mar que se dirigían hacia el litoral melillense. A las 5:00 horas, uno de los migrantes fue rescatado por los agentes. Según informaron fuentes de la Delegación del Gobierno, al presentar síntomas de hipotermia, fue inmediatamente atendido por los servicios sanitarios y trasladado al Hospital Comarcal.
El segundo migrante no pudo ser rescatado en ese momento, ya que las fuertes corrientes y el oleaje dificultaban su aproximación a tierra. Durante más de dos horas se mantuvo un dispositivo de vigilancia y apoyo hasta que, finalmente, a las 7:30 horas, efectivos de la Benemérita localizaron a la persona aún en el mar, en la zona de la llamada Boca del León, visiblemente agotada y con signos de sufrir los efectos del frío.
Un equipo especializado NIR (Núcleo de Intervención Rápida) intervino en la operación de rescate. Tras varios intentos, lograron subir al segundo migrante a la embarcación y lo trasladaron al Puerto Noray, donde fue atendido por personal médico. Dada la gravedad de su estado, también fue llevado al Hospital Comarcal para recibir atención especializada.
Vigilancia constante
Este suceso vuelve a poner de relieve el papel clave que desempeña la Guardia Civil en la vigilancia de las costas melillenses, donde la presión migratoria y las condiciones extremas del mar exigen una atención constante. El dispositivo desplegado en Horcas Coloradas no solo permitió localizar y rescatar a los migrantes a tiempo, sino también evitar una posible pérdida humana.
Hay que subrayar en ese sentido que los agentes de la Benemérita mantienen una presencia permanente y alerta ante cualquier situación de riesgo en el mar, especialmente en puntos vulnerables como Horcas Coloradas, Aguadú o la zona de la Alcazaba.
Antecedente reciente
Este rescate recuerda al ocurrido el pasado mes de marzo, cuando dos jóvenes quedaron atrapados por el oleaje en la zona de Aguadú. En aquella ocasión, también fueron los agentes de la Guardia Civil quienes intervinieron para poner a salvo a los afectados, quienes igualmente tuvieron que ser trasladados al hospital tras ser rescatados del mar.
En este caso, sin embargo, no fue una situación de inmigración irregular. Según se ha comentado en redes sociales, se trataba de un grupo de jóvenes que estaban disfrutando del día en la zona de Aguadú cuando ambos se lanzaron al mar y posteriormente encontraron grandes dificultades para poder volver a tierra firme.
Los agentes de la Guardia Civil siempre están sometidos a una constante presión como garantes de la custodia de la frontera sur de Europa. Su rápida respuesta ante incidentes como el sucedido esta pasada madrugada, que pueden convertirse en tragedias, es fundamental. Además, ponen en evidencia los riesgos que muchos migrantes asumen al intentar alcanzar Melilla por vías extremadamente peligrosas.
Asistencia médica y protocolo
Tras su paso por el Hospital Comarcal, los dos migrantes quedarán bajo custodia policial, activándose el protocolo habitual en estos casos, que incluye la identificación y derivación al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), siempre que el estado de salud lo permita.
La Delegación del Gobierno ha reiterado su compromiso con el respeto a los derechos humanos y con la actuación humanitaria en contextos de migración, así como su agradecimiento a los equipos de la Guardia Civil y los servicios sanitarios por su profesionalidad y eficacia en situaciones críticas.