La Mezquita del Toreo ha acogido finalmente el tan ansiado concierto del rapero Morad, que ha congregado a una multitud de melillenses que han disfrutado de lo lindo con un concierto largamente deseado y que, al igual que sucedió con la cabalgata del Carnaval, hubo de ser suspendido el sábado debido a la lluvia que cayó por la tarde sobre la ciudad autónoma.
Aunque el concierto debía comenzar teóricamente a las 20:00 horas, ya tres horas antes había gente haciendo una larga cola a las puertas de la plaza de toros, tales eran las ganas que tenían de escuchar en directo la música de este famoso rapero.
No importaba que poco más tarde fuera el desfile del Carnaval, ya que lo que estos ciudadanos querían era, más que nada y antes que nada, escuchar el concierto.
Además, Morad se hizo esperar y no fue hasta las nueve de la noche cuando comenzó a cantar, si bien antes el público asistente fue obsequiado con una sesión por parte de algunos DJs locales.
Mientras tanto, el público seguía esperando. Algunas personas preveían que viniese antes a tocar a Melilla, ya que la considera “su ciudad”, pero, ya que finalmente vino, lo que había que hacer era disfrutar del espectáculo. Eso decía Noa, quien estaba con una amiga deseando escuchar las primeras canciones del músico, como ‘A escondidas’.
“Esperemos que esté bien, que sea divertido y que nos anime”, ha expresado una chica en otro grupo de cuatro de entre 18 y 19 años. Eran Iljam, Salma, Marwa y Nifi. ‘Mama me dice’ y ‘Pelele’ eran las canciones que ellas estaban ansiando escuchar. Y también ‘Carretera’, ha dicho otra de ellas.
Un “espectáculo bueno” querían varios chicos, quienes, sin embargo, se han quejado de la organización y de la cola que habían tenido que soportar, amén del retraso, ya que a los teloneros de Melilla los tenían “más que vistos”.
Y es que Morad es muy seguido entre la juventud, por lo que ha habido también una buena cantidad de padres acompañando a los hijos. ‘Carretera’ era también la favorita del pequeño.
Finalmente, el concierto ha comenzado y todos los asistentes han dado por buena la espera. Al fin y al cabo, habían logrado su propósito y ya sólo era cuestión de pasarlo en grande con todas las canciones con que Morad los iba a deleitar.