El Consejo de Gobierno, máximo órgano de la Comisión Islámica de Melilla (CIM) se reunieron ayer para expresar su más enérgica "repulsa y rechazo" a las acusaciones, que calificaron como difamatorias e infundadas, contra el presidente de esta entidad, Farid Abdel-lah Amar.
Acusaciones de presuntas irregularidades económicas pronunciadas por la Agrupación de la Comunidad Musulmana de Melilla, encabezada por Mohamed Ahmed Moh “Jimmy”. Una entidad que perteneció a la Federación y que causó baja de la misma el pasado mes de septiembre.
A consecuencia de dichas acusaciones, la entidad ha acordado llevar a los tribunales a Jimmy.
Para la CIM, las declaraciones tienen como objetivo la desestabilización, así como provocar el fin de la "relación sólida y de respeto mutuo" que la CIM mantiene con las autoridades gubernativas. Una relación que en la entidad consideran esencial para seguir trabajando en favor de la comunidad.
"Lamentablemente, las acciones de esta entidad parecen estar dirigidas a obstaculizar el trabajo de nuestra Federación. En lugar de sumar esfuerzos para la mejora de nuestra comunidad, buscan dividirla y sembrar discordia. Su intención parece ser la de querer monopolizar la representación de la comunidad musulmana, ignorando el mandato legítimo y democrático que la CIM ha recibido de sus órganos representativos. Nuestro enfoque ha sido siempre el de promover un diálogo respetuoso y constructivo con la administración. Este derecho no puede ser usurpado por ninguna entidad que actúe en nombre de intereses particulares o partidistas que busque dividir a la comunidad. Por ello, rechazamos cualquier intento de sembrar discordia o de cuestionar sin fundamentos la legitimidad de nuestras instituciones. A pesar de las acusaciones infundadas, seguiremos trabajando con transparencia, dedicación y firmeza para garantizar que los derechos y las necesidades de nuestra comunidad sean escuchados y atendidos".
En la CIM resaltan el respaldo unánime y firme que tiene el presidente de la CIM dentro de los dos órganos rectores más representativos de la Federación: El Consejo de Gobierno y el Consejo Consultivo –este último compuesto por 14 representantes de mezquitas- así como de los imames y jutabas de los centros de culto.
"El presidente de la CIM, elegido democráticamente, ha demostrado con hechos su desinterés personal y su vocación altruista. En una clara muestra de integridad, rechazó el ofrecimiento de recibir una retribución económica por sus responsabilidades al frente de la CIM, que fue planteado por los representantes de las mezquitas. Su negativa a percibir un salario demuestra que su trabajo no está motivado por intereses económicos ni personales, sino por el firme propósito de contribuir al bienestar de nuestra comunidad".
Comunidad Musulmana
El Consejo de Gobierno de la CIM ha cargado contra la Comunidad Musulmana y su presidente, de los que dijeron, ha perdido toda legitimidad para hablar en nombre de los musulmanes de Melilla debido a "un largo historial de acciones contrarias a los intereses colectivos de nuestra comunidad".
Denuncian que el presidente de la Comunidad Musulmana es de sobra conocido por su postura pasada a favor de la aplicación de la Ley de Extranjería sobre los autóctonos melillenses musulmanes, defendiendo medidas que iban, afirman, contra los derechos históricos y sociales de la comunidad.
Además, alegan que durante décadas, ha interpuesto denuncias infundadas o ha estado poniendo zancadillas a los presidentes anteriores de la CIM (Dris Mohamed, Abdelkarim Al-lal, Abdeselam Mohamed), "fomentando divisiones y bloqueando el avance de la Federación y por ende de los intereses de nuestra comunidad". En este sentido, anima a la ciudadanía a cotejar la hemeroteca de la época.
"Su asociación ha demostrado una total inactividad en el ámbito religioso, social o cultural, careciendo de aportaciones significativas para el bienestar de nuestra comunidad".
También dudan de la legalidad en sus actuaciones internas, añadiendo que su supuesta reelección cada cuatro años dista mucho de la observancia de sus propios estatutos, y su presidente actual es vitalicio desde los años ochenta, lo cual carece de "transparencia y legitimidad". Por ello animan a "Jimmy" a apartarse con dignidad y de dar paso a una nueva generación, savia nueva y joven dentro de su entidad.
En la CIM denuncian que la Comunidad Musulmana no cuenta con una sede social reconocida y que utiliza su domicilio como base operativa. Según han manifestado, el presidente siempre se negaba entregar al primer presidente de la CIM los libros de actas, registro de socios ni demás documentos administrativos y contables.
"Contrató en su momento y durante varios años con dinero púbico a su hija como auxiliar administrativo en el cementerio musulmán bajo circunstancias presuntamente cuestionables. Ética ninguna. o Se ha lucrado presuntamente al tramitar expedientes de tarjetas de residencia, nacionalidad y otros expedientes administrativos, pese a no ser una asesoría legal acreditada".
Además, consideran importante destacar que el propio nombre de la asociación induce a confusión, ya que según dijeron, podría hacer pensar erróneamente que representa a todo el colectivo musulmán de Melilla.
"Nada más lejos de la realidad. Esta entidad es, en esencia, una asociación fantasma, sin actividad conocida, sin sede oficial, y sin la realización de asambleas abiertas y transparentes. Tal falta de representatividad y actividad solo evidencia su incapacidad para hablar en nombre de nuestra comunidad".
Tribunales
Habiendo enumerado el presunto historial de irregularidades y de falta de compromiso con los intereses de la comunidad musulmana, la CIM ha reiterado que tanto Jimmy como su asociación carecen de cualquier autoridad moral o institucional para cuestionarlos.
"Consideramos que estas afirmaciones no solo carecen de fundamento, sino que representan un ataque directo a la dignidad y honor de nuestra institución y su máximo representante. Estas declaraciones malintencionadas no solo dañan la reputación del presidente, sino que también buscan desacreditar la labor que la Comisión Islámica realiza en beneficio de la comunidad musulmana de Melilla".
Dada la gravedad de las acusaciones, la CIM ha querido dejar claro que ha tomado la firme decisión de acudir a los tribunales para que el presidente de la Comunidad Musulmana de Melilla aporte las pruebas que sustenten sus afirmaciones.
"En un estado de derecho, las acusaciones públicas deben ir respaldadas por evidencias y no por rumores o intereses particulares que busquen generar división. No permitiremos que intentos de calumnias y difamaciones infundados dañen la labor y el prestigio de nuestra institución".
La CIM afirma que seguirá cumpliendo con su responsabilidad de representar a la comunidad musulmana. Siempre, según añadieron, con su objetivo de garantizar que cada miembro de la comunidad tenga voz, que las mezquitas y centros de culto de la ciudad autónoma funcionen de manera armoniosa, y que las relaciones con las autoridades reflejen las necesidades y aspiraciones colectivas de los musulmanes de Melilla.
"Estas acusaciones, lejos de desalentarnos, refuerzan nuestro compromiso con la verdad y con la misión que nos ha sido encomendada por nuestros órganos representativos y por la comunidad que confía en nosotros. La CIM no se desviará de su camino ni permitirá que intereses ajenos comprometan la unidad y la dignidad de la comunidad musulmana de Melilla".
Por último, han querido reiterar que como entidad religiosa, continuarán desarrollando sus actividades religiosas y sociales con la misma dedicación y compromiso.
"Seguimos trabajando por el bienestar de nuestra comunidad, conscientes de que, como dice el Quijote: Ladran, Sancho, señal que cabalgamos”.