Este sábado se celebró en Pamplona una nueva edición de la asamblea de la Asociación de Tropa y Marinería Española a la cual pertenecen más de cuatro mil profesionales del país.
Melilla, como ciudad militar por excelencia, se ve afectada por las resoluciones adoptadas durante esta reunión relativas a las subidas salariales o a que se reconozca la profesión de riesgo a los militares, entre otras.
El Faro habla con el presidente de la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME), Marco Antonio Gómez, para conocer los puntos más relevantes que se abordaron a lo largo de esta reunión. En este sentido, Gómez mostró sentirse muy satisfecho tras este encuentro, ya que, indicó, “pusimos sobre la mesa proyectos muy interesantes para el 2025 de cara, fundamentalmente, al apoyo a nuestra escala en el Ejército, que es la más numerosa, la de Tropa y Marinería, fundamentalmente”.
Marco Antonio Gómez reconoció que “desgraciadamente” el reconocimiento que estaban ganando los militares tras las últimas catástrofes acaecidas en nuestro país “han puesto el foco de atención sobre los problemas que nos atañen”. Uno de los puntos que se han puesto sobre la mesa ha sido “la gran preocupación que tenemos los militares, sobre todo, con la ley de derechos y deberes que lleva estancada más ocho años y no tenemos esperanza de que se cierre esta comisión de trabajo que es muy importante para los militares porque llevamos muchos años pidiendo que se democraticen más las Fuerzas Armadas y que tengamos más libertad a la hora de comunicar”.
Aquí entra en conflicto el derecho asociativo: “ a día de hoy tenemos prohibido por ley entrar en los acuartelamientos para decirle a cualquier soldado, o marinero que tiene derecho a pertenecer a una asociación, que tiene derecho a estar protegido por una asociación que pueda velar, tanto por sus intereses profesionales como personales porque no hay que olvidar que todo lo que nos ocurre en nuestra profesión influye de manera muy importante en nuestras familias que son las que padecen nuestras ausencias y servicios”.
Profesión de riesgo
Una de las grandes reivindicaciones de esta asociación es que se reconozca a los militares como profesión de riesgo al igual que a un Guardia Civil o a un Policía Nacional: “a nadie le entra en la cabeza que un Guardia Civil o un Policía Nacional que detienen a ladrones, narcotraficantes, terroristas y que portan armas no sean profesiones de riesgo, pero es que los militares además de hacer todo eso nos preparamos para la guerra porque nuestra profesión también la desempeñamos fuera del territorio nacional. Eso no lo hace nadie. Nuestra asociación ha liderado esta lucha”. Otro de los puntos que levanta ampollas entre el colectivo de Tropa y Marinería es la preocupación por la ley de la carrera militar. No en vano, la Asociación de Tropa y Marinería lucha para que haya una carrera militar única “donde estemos todos los militares recogidos y que no haya una ley de Tropa y Marinería y otra para la de Carrera Militar”.
Otro de los grandes temas que se debatieron en la asamblea del sábado fueron las retribuciones de los soldados y marineros que “se quedaron anclados en unos sueldos miserables de apenas 1.134 euros cuando estamos viendo que los Gobiernos siguen incrementando el salario mínimo interprofesional y nuestros soldados empiezan a estar por debajo de ese salario mínimo. Es lamentable. Nuestro socio en la asamblea (los militares de carrera) nos demandan más acciones contundentes y, evidentemente, vamos a seguir en esa línea, en la contundencia y en la seriedad y, sobre todo, decir que nuestros militares están muy mal pagados todos, pero los peor pagados son los de Tropa y Marinería”.
Desde la Asociación de Tropa y Marinería tienen claro que seguirán luchando “solos o acompañados” en este terreno.
A lo largo de la asamblea también se hizo hincapié en las acciones que realiza la asociación con el Observatorio de la Vida Militar : “hemos sido los únicos que hemos solicitado por escrito al Ministerio de Defensa que el Observatorio fuese in situ a Valencia para que viese las condiciones en las cuales están nuestros compañeros cuando desempeñan sus funciones. Todos hemos visto la gran catástrofe de Valencia y lo que está ocurriendo, pero no hay que olvidar que nuestros compañeros llevan allí más de un mes y hay que conocer cómo comen, cómo duermen, cómo se están haciendo los relevos e instar a Defensa a que siga aportando unidades porque todavía resta muchísimo trabajo por hacer y sin embargo el Ministerio de Defensa, y, fundamentalmente, el órgano del que dependemos sigue haciendo una dejación de sus funciones. Este órgano nos dice que no somos competentes entonces hay que cambiar las leyes, sobre todo, en la ley de derechos y deberes. Los militares debemos ser una parte mucho más activa en la vida de los ciudadanos, así que hay que poner luz y taquígrafo en todo lo que hace el Ministerio de Defensa con las asociaciones del Consejo de personal y no que sea un órgano, en el que ellos puedan decidir todo lo que quieran y las asociaciones seamos meros palmeros o comparsas. Estamos cansados de que nuestra asociación sea la única que lleve casi tres años no asistiendo a los plenos ordinarios en señal de protesta, ya que este órgano no cumple la función para la que fue creado”.
El artículo 28 de la Constitución Española reza que “todos tienen derecho a sindicarse libremente. La ley podrá limitar o exceptuar el ejercicio de este derecho a las Fuerzas o Institutos armados o a los demás Cuerpos sometidos a disciplina militar y regulará las peculiaridades de su ejercicio para los funcionarios públicos”. Un artículo que para la ATME está obsoleto: “nos choca mucho y es algo que no entendemos el motivo de esa limitación en pleno 2024 cuando estamos viendo los saltos que están haciendo muchos militares a la vida política. Ahora, prácticamente todos los partidos políticos cuentan con algún militar en sus filas y qué casualidad que la mayoría sean generales cuando esos generales, en su momento, habían sido mandos del Ejército que podrían haber hecho algo más por sus subordinados para mejorar sus condiciones de vida. No hay que olvidar que con el Gobierno de Zapatero, el Jefe del Estado Mayor, fue José Julio Rodríguez, militante de Podemos”.
En este sentido, Marco Antonio Gómez señaló que “vamos a ser coherentes. Pasan a la política porque saben que después tienen una carrera por delante, ya que la militar acaba pronto. Nos parece muy bien que lo hagan en el momento que ellos crean más oportuno, pero es cierto que sólo hay generales. Son muy pocos, por no decir ninguno, los que pertenecen a Tropa que son los que sabemos perfectamente que trabajan ‘a nivel del barro’ como decimos nosotros. Pero, ojo, porque cuando vienen mal dadas se recurre a los militares como ocurrió en Valencia donde han elegido al teniente general retirado, Francisco Gan Pampols para la reconstrucción de la zona porque los militares tenemos medios y contamos con conocimientos”.
Para Marco Antonio Gómez, presidente de la ATME el hecho de que un militar acceda a la política debería ser “un proceso más natural”.