El consejero insiste en que el pago de la deuda atrasada se ajusta a la legislación vigente. “La Administración no puede enriquecerse ilícitamente a costa de no pagar a sus proveedores. No puede ser que se meta una factura en un cajón y porque no se paga, luego se alegue que ha prescrito y ya está. Esa no es la práctica de una Administración pública y mucho menos de la de Melilla. Si alguien presta un servicio a la Ciudad Autónoma debe cobrar por él lo que se haya estipulado”.
Así se pronunció ayer el consejero Frías en respuesta al torrente de críticas por parte de PSOE y CpM, a costa del pago de unas deudas que se remontan a más de cinco años atrás y que se reconoce se quedaron sin pagar al margen de las previsiones presupuestarias.
Frente a los argumentos de cepemistas y socialistas, que tachan de ilegal el pago arguyendo que las deudas han prescrito, Frías dice que no sólo existe base lega para pagarlas sino que existe jurisprudencia que obliga a la Administración a afrontar ese tipo de deudas. “No hay nada ilícito. Lo absurdo es que no se pague porque se queden olvidadas”, insiste el consejero, quien en cambio cree que la oposición debería preocuparse de la repercusión que los recortes en inversiones del Gobierno central van a a tener en el conjunto de la economía española y, por ende, en la de Melilla.
“Por lo pronto, para políticas de ayudas al alquiler y rehabilitación de viviendas ya van a dejar de transferir a Melilla tres millones de euros. Tampoco sabemos si esos recortes van a afectar a las inversiones para la construcción del nuevo Hospital, del nuevo centro de estudios del antiguo Mercado Central, que lleva cedido para tal fin por parte de la Ciudad al Ministerio de Educación desde hace años sin que hasta ahora siquiera exista un proyecto de reforma; o si esos recortes afectarán por ejemplo a la ampliación de la Jefatura Provincial de Policía, que también cuenta con terrenos cedidos por la Ciudad para poder llevarse a efecto”.
Frías recomienda a la oposición que se preocupe de aquellas cuestiones que, como los recortes anunciados, pueden ralentizar una economía “que intentamos mantener con inversiones locales que no se están recortando o iniciativas como la anunciada de los microcréditos que para el año que vienen tendrán su partida prevista en los presupuestos de la ciudad”.
En su opinión, el mejor termómetro para comprobar qué hace el Gobierno local con el dinero público es “un simple paseo por la ciudad, porque no hay comparación posible entre la Melilla de hace diez años y la actual. Y no sólo en materia de inversiones, se hace mucho también en política social para hacer realidad un gobierno para todos, se llamen como se llamen”.
tivo de fútbol”.