José Manuel Guerrero es el director de la obra ‘El Protectorado español en Marruecos. Repertorio biográfico y emocional’. Teniente coronel del Ejército de Tierra, perteneciente al arma de Ingenieros, Guerrero ha liderado un notable proyecto en el que han participado diversos autores, entre los que destaca el historiador Juan Pando, y que no habría sido posible sin la colaboración de Iberdrola.
El apoyo firme de esta empresa del sector energético ha permitido alumbrar dos volúmenes en los que se hace un recorrido por la historia del Protectorado, incluyendo decenas de biografías de personajes que marcaron esa época, así como gran número de fotografías que muestran el legado español en suelo marroquí.
La obra fue presentada el pasado 3 de junio en el Congreso de los Diputados ante el presidente en funciones de esta institución, Patxi López. Aparte del teniente coronel Guerrero, participaron en ese acto Julián Martínez-Simancas, secretario del Consejo de Administración de Iberdrola; Pedro Bofill, presidente del Club de Amigos de Marruecos; Manuel Núñez, miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Ex Diputados y Ex Senadores, y el secretario de la misma asociación, Fernando Sanz.
–’El Protectorado español en Marruecos. Repertorio biográfico y emocional’ está dividido en dos volúmenes. Uno de 1877 a 1921 y otro de 1922 a 1962. ¿El Desastre de Annual marca el límite?
–Sí. Hay mucho texto y no podíamos editar la obra en un solo volumen. Está narrada de forma cronológica y el año 1921, cuando Annual, parecía un buen punto de inflexión. Fue cuando termina la primera parte del Protectorado (había empezado en 1912) y empieza una implicación militar más fuerte.
En 1927 se dan por finalizadas las operaciones. Aunque esto podría ser otro punto de inflexión, lo hemos situado en 1921. Pero no hay que olvidar que desde entonces hasta el 27 hay bastantes operaciones militares con muchas bajas, que en total suman casi tantas como Annual. Después se cuenta el Protectorado durante la II República, la Guerra Civil y la posguerra.
–En los dos volúmenes hay multitud de perfiles biográficos de personajes históricos militares y civiles, españoles, franceses, marroquíes. Ha debido de ser un trabajo difícil de coordinar y documentar. ¿Cuánto tiempo ha llevado?
–La base de esta obra es de Juan Pando. Él lleva toda la vida trabajando sobre personajes de Marruecos. Es su obra principal, conoce muy bien toda la época del Protectorado.
El resto de autores han estado más de un año investigando y recopilando datos para hacer las biografías. Se incluye información política y militar, pero también de todos los aspectos, como la educación y la cultura. No se pretende que el libro sea un diccionario exhaustivo, sino un repertorio basado en los personajes que creemos debían estar por su importancia, o incluso desde el punto de vista sentimental para alguno de los autores. Y, por supuesto, se da importancia a la huella dejada en la literatura, la arquitectura, etc.
–Antes hablaba de Annual. En el libro se cita esta frase del general Fernández Silvestre: "Un soldado moro del tabor vale por tres: uno, que se ahorra, español; otro que se adquiere, y un tercero que se resta al enemigo".
–En cada capítulo hay alguna frase de un personaje simbólico de la época. Ésa es en parte el espíritu con el que se afrontaron las operaciones, cuando se crean las unidades indígenas, Regulares, las harkas para aprovechar a los bereberes que estaban en nuestra parte. De esta forma, se evitaban bajas de tropas venidas de la península. Era una época en la que había una gran contestación social, se produjo una sangría en una generación de españoles.
–Tras Annual, nunca se encontró el cadáver de Fernández Silvestre. ¿Cómo cree que ocurrió su muerte?
–Hay una biografía de Silvestre escrita por Juan Pando. Cuando vio el problema tan grande al que se enfrentaba, evacuar las tropas con unas conexiones muy difíciles y con una ruta larguísima de regreso a Melilla, lo más probable es que fuera muerto por los rifeños. Pero hay muchas teorías. Una, que no parece probable, es que los propios rifeños le dieran entierro. Pero no creo que sepamos nunca lo que le ocurrió realmente.
–¿Por qué la división del Protectorado fue tan desigual entre España y Francia? A España le tocó la zona más agreste y con mucha menos extensión.
–Porque el origen del Protectorado viene de Francia. Se llevó a cabo una intervención en apoyo del sultán de Marruecos, se supone que con espíritu de modernizar ese país. Hay un acuerdo al que se suma España, pero es Francia la que decide el reparto del territorio. El origen del ‘colonialismo’ es francés, nosotros nos sumamos. Nos tocó la zona social, económica y territorial que nos dejó Francia.
–Se menciona a Muley Hafid Ben Hassan, el sultán destituido.
–Francia destituye a ese sultán y nombra a otro más proclive a la política que está haciendo. Alguna de las cosa que hace Francia en su zona, en los aspectos político y económico, se deben a que quiere manejarla mejor. Por eso hacen abdicar al sultán y nombran en su lugar a un títere.
–Y en la zona española estaba el jalifa del Protectorado.
–Es el representante del sultán en la zona nuestra. Al final de la obra hay un glosario que explica los términos. Nos pareció bastante importante. También se incluye un glosario geográfico y otro con los apellidos.
–Dice usted que la Liga Árabe reconoció el aumento del nivel de vida que se produjo en la zona española gracias al empeño del Gobierno de Madrid.
–En la época de la posguerra civil, España gasta más dinero en el Protectorado. Fue entonces cuando se hicieron más obras públicas, se construyeron dispensarios sanitarios, escuelas, se impulsaron proyectos culturales, se realizaron obras de ensanche en las ciudades...
–¿Por qué Tánger estaba fuera del Protectorado?
–Fue parte de los acuerdos entre las potencias europeas. Se creó un puerto internacional, principalmente por la influencia de Inglaterra. Pero, cuando estalla la Segunda Guerra Mundial, España pide autorización para ocuparlo, en vista de la situación en la que estaba Francia, ocupada por Alemania. Se suponía que podía haber alguna amenaza a Tánger por parte de algunos países beligerantes y por eso España lo ocupó entre 1940 y 1945.
–Hace usted una referencia a la película ‘El viento y el león’, protagonizada por Sean Connery. Según usted, relata el enfrentamiento entre el líder rifeño El Raisuni y el general Silvestre.
–La película está basada en El Raisuni, aunque en su argumento el oponente es norteamericano. Pero el verdadero enemigo de El Raisuni fue Silvestre. Esa película está inspirada en un enfrentamiento que tuvo lugar entre ellos en 1918-19. Aunque es cierto que El Raisuni secuestró a ciudadanos norteamericanos, quien se enfrentó a él fue realmente Silvestre.
–El periodo histórico que se narra abarca hasta 1962, pero se incluyen fotografías actuales. Llama la atención una imagen de la mano de un inmigrante subsahariano con tierra del monte Gurugú.
–Las biografías hablan de una época pasada. Queríamos tener también unas imágenes del Marruecos actual, pero que tuvieran también cierto simbolismo y un contraste importante a las imágenes de época. El fotógrafo que hizo ese reportaje le ha dado carga conceptual a sus fotos y refleja la realidad actual. Entre otros, está el problema de la frontera de Melilla y Ceuta con la inmigración. Se muestra también el aspecto actual de los marroquíes, pero también retazos de la huella de España. Por ejemplo, en los edificios.
–Se habla también del ‘Galípoli español’. Galípoli fue una de las batallas más conocidas de la Primera Guerra Mundial.
–Creo que lo dice Juan Pando. Es posible que se refiera a las lanchas de desembarco que se usaron en el de Alhucemas (Galípoli fue un desembarco en el que murieron miles de británicos en la costa turca). Pero también puede que esté haciendo un paralelismo con Annual.
–Da la impresión de que estos libros buscan la concordia entre españoles de distintas tendencias políticas. Por ejemplo, la reseña que habla de Franco tiene una dedicatoria a la memoria de algunos generales fusilados por orden suya, como fue el caso de Manuel Romerales, ejecutado en Melilla en 1936.
–Hemos procurado ser lo más ecuánimes posibles. Cada biografía es obra del autor que la ha escrito, pero sí hemos intentado reflejar la realidad de lo que pasó. Y si merece la pena destacar a funcionarios militares o civiles, algunos de ellos fusilados, lo hemos reflejado así. Hay que contar la historia como sucedió. En cuanto a la Guerra Civil, se habla de personajes de los dos bandos. Si el autor de cada biografía ha considerado necesaria la crítica, también está ahí.
–’El Protectorado español en Marruecos’ es una obra muy completa a todos los niveles. Por ejemplo, en el cultural.
–Ésa es la realidad. No sólo trata campañas militares. España hizo un esfuerzo importante para aumentar el nivel económico de la sociedad marroquí. En los años 40 se organizó la Educación, porque la instrucción que había era mínima. Se crearon academias de español o la Escuela de Bellas Artes que formó el pintor y escultor Mariano Bertuchi.
También se habla de otros personajes históricos del mundo de la cultura, como el escritor y compositor norteamericano Paul Bowles, autor de ‘El cielo protector’. Él grabó música indígena que está en el Museo Americano de Tánger.
–Hay quienes afirman que España nunca estuvo en guerra con Marruecos, sino con los rifeños.
–España nunca estuvo en guerra con Marruecos. La única fue en 1859, la llamada Guerra de África. En el Protectorado, España apoya la labor del sultán, tratando que la autoridad llegue a todo el país, porque es muy grande, está prácticamente abandonado y no existe la asistencia sanitaria, ni la justicia, etc. Y eso es lo que España hace con Francia: apoyar en la protección. Protectorado es un término paternalista. La idea, en teoría, es apoyar al progreso del país. En la práctica hay cosas que se hacen mejor o peor. Pero en cuanto a las guerras, las campañas son contra los rebeldes a la autoridad del sultán.