Jordi Calvo, coordinador del Centre de Estudios per la Pau, cree que en un futuro los robots podrían sustituir a los humanos en la frontera
La frontera de Melilla con Marruecos, conexión de Europa con África, es uno de los puntos más candentes de Europa.
En los últimos días ha salido a la luz una propuesta poco convencional para el lugar: la llegada de robots centinelas que controlen y gestionen el paso de personas de Marruecos a Melilla y viceversa. Inteligencia artificial.
Lo propone Jordi Calvo, prestigioso investigador en el ámbito europeo y doctor en paz, conflictos y desarrollo. "Algún día en el futuro los robots podrían sustituir a las personas en las fronteras de Melilla y Ceuta, llegando a gestionar y controlar el paso fronterizo", ha explicado a este medio el coordinador del Centre de Estudios per la Pau.
"Hay un robot armado y podría disparar en cualquier momento porque está programado para ello"
Este especialista plantea la posibilidad de la presencia de robots 'Terminators' en las fronteras. Algo que parece más de ciencia ficción que de la realidad, pero para Calvo no parece una idea tan descabellada la presencia de la robótica en los controles fronterizos, "siempre que sea para disuadir".
"Sería algo como un aviso en la frontera que diga: 'Cuidado, por aquí no pasad porque hay un robot que está armado y puede disparar', aunque siempre sería para disuadir a aquellos que se acercen a la valla", ha explicado Jordi Calvo.
La hipótesis de que los robots autónomos suplanten a los humanos "podría darse, pero en un futuro lejano. Lo que sí parece más problable y que en diferentes puntos fronterizos ya se están dando es la presencia de drones, cámaras e incluso robots con cierta autonomía que vigilan los perímetros".
Soluciones de este tipo para los problemas que se viven en la frontera sur de Europa se vienen intentando desde hace algún tiempo. Ya se ha propuesto en alguna ocasión instalar drones para vigilar la frontera de Melilla sin depender de la colaboración marroquí. Sin embargo, Interior descartó la utilización de este tipo de sistemas debido a que existían una serie de problemas técnicos que impedían la vigilancia en la frontera, entre ellos el viento.
La tecnología avanza a un ritmo vertiginoso y será difícil prever cuál puede ser la solución en la frontera de Melilla de aquí a unos años.