Enmarcada dentro del coloquio ‘Turismo y desarrollo económico’ organizado por El Faro en el Hotel Melilla Puerto, Javier Hernández Rodríguez ha sido uno de los ponentes invitados, que ha señalado la importancia de la demanda para que el sector turístico crezca y para que se creen más hoteles en una ciudad.
Javier Hernández Rodríguez es vicepresidente ejecutivo de la Asociación de Empresarios Hosteleros de la Costa del Sol y exdirector general de turismo y Convention Bureau del Ayuntamiento de Málaga. Durante la charla, ha señalado que los hoteles aumentaron a partir de 2003 en Málaga, todo a partir de la peatonalización de la famosa calle Larios. Con ello ha querido ejemplificar que actuaciones como estas son un “riesgo” que hay que tomar y que determina la función de la ciudad.
A partir de ahí la ciudad comenzó a crecer, llegando a abrir entre dos o tres museos al año hasta que, explica, en 2015 llegó a tener 20 museos. A esto se le fueron sumando infraestructuras, como la segunda pista del aeropuerto y la rehabilitación urbana del centro.
Destaca que la construcción de hoteles nace a raíz de la inversión en infraestructuras, por lo cual se trata de una cuestión fundamental a valorar desde el punto de vista de la ciudad.
Otro de los factores que ha influido en el sector turístico de la capital malagueña ha sido convertir espacios degradados en puntos de interés que consigan atraer turistas, como por ejemplo en alojamientos.
En ese sentido, ha recordado que en un principio había lugares a los que los propios guías turísticos no querían ir y que Málaga se convirtió en una ciudad de paso, en la que los viajeros pasaban por el aeropuerto pero iban a otros lugares, como Granada o Sevilla.
Por ello, Hernández ha señalado que en Málaga se ha trabajado desde el punto de vista estratégico turístico para incluirla como destino en los grandes recorridos turísticos, tanto en los mercados europeos como nacionales y cercanos.
Apuesta por romper la dinámica para que la oferta hotelera vaya creciendo y haya más demanda, que es fundamental para que crezca el turismo en una ciudad. Pone de ejemplo como Málaga se convirtió en el destino más ofertado en España entre 2015 y 2018, creciendo a un ritmo de 190%, mucho más que Barcelona en ese momento.
Así, Hernández ha comentado que en Málaga comenzaron a llegar cadenas hoteleras, empezaron a instalarse en la ciudad cadenas con posicionamiento internacional como NH o Melià. No obstante, recuerda que toda esta “evolución” tiene que estar basada siempre en una estrategia. “No sólo vale que el gobierno lo trabaje desde un punto de vista turístico, lo tienen que trabajar todas las áreas”, afirma.
Como ejemplo volvió a utilizar la peatonalización del centro de Málaga, señalando que ahora mismo la ciudad cuenta con 750 puntos con grado de accesibilidad. “Hay que trabajar todo muy bien, como la dispersión de paradas de autobuses en Málaga para que no haya concentración turística en el centro, por ejemplo”, explica Hernández.
En cuanto a cuál es la chispa necesaria para que una ciudad se convierta en un atractivo turístico para las cadenas hoteleras, el vicepresidente de la Asociación de Empresarios señala que todo recae en la demanda. “Si no hay demanda no hay hoteles”.
Al respecto, comenta que la demanda se activa de una única manera con inteligencia y planes estratégicos. En ese sentido, apunta que en Málaga el foro de turismo funciona como “un reloj”, y que es necesario buscar la transversalidad con agencias y la colaboración entre el sector público y privado.
Así, asegura que el éxito del foro de turismo radica en que tiene que haber un consenso entre todos los agentes turísticos, los hoteles, la universidad, la confederación de empresarios... Y que para que funcione con éxito es fundamental no pensar en el interés particular sino en el general de la ciudad. “Cuando el consenso es por unanimidad llegas al éxito”, señala.
Por otro lado, durante la ponencia ha resaltado el peso de la cultura para atraer turistas a la ciudad. “Sin cultura no habría cruceros ni actividad consensual. Hay que tener una actividad cultural paralela. Para Melilla habría que definirlo desde el punto de vista privado y público”, indica.
Pero, reitera, aunque la cultura es muy importante para incentivar el sector, reitera que lo que las cadenas hoteleras fundamentalmente piden es demanda. “Sin una buena demanda el Hotel no tendrá los rendimientos de ocupación necesarios”.
Para él, identificar espacios públicos no activos y sacarlos a concurso juego un papel importante, como fue el caso de la integración del puerto de Málaga, porque al final es el que ayuda a que la ciudad tenga turismo de cruceros de base, con salida. “Hay que identificar espacios cerrados para que se establezcan hoteles. Pero es fundamental que haya demanda”, dice.
En ese sentido, señala que los bonos turísticos de Melilla están muy bien porque cuentan con un paquete de avión y hotel es un “incentivo", pero hay que establecer un plan. Una vez que se tenga, explica, es fundamental trabajarlo de manera exclusiva, así como trabajar con otros destinos que permitan una estrategia de unión entre distintas ciudades.
En cuanto a qué deberían tener los hoteles en Melilla para atraer el turismo, señala que la respuesta es la segmentación hotelera. “Todos tenemos camas. Todos vendemos escritorios para trabajar. Otros sueños urbanos, descanso o vacaciones. La motivación para ir a un hotel es distinta”, explica.
Por ello, cree que es fundamental que los hoteles tengan guiños a la ciudad, para que el turista tenga acceso a ello. Este es uno de los “fallos” que cometen los hoteles, porque no se identifican con los destinos. “Lo que lo identifica es que ponga productos y la oferta dentro de Melilla, como una suma más del patrimonio de la ciudad”, concluye.