Tras los incidentes fronterizos del pasado agosto en Melilla, pareció que la reivindicación marroquí salía del aparente letargo en que vivía desde que Mohamed VI accediera al trono alauita en 1999 como 18º rey de la dinastía Alauí, quien apenas ha mencionado a Melilla en el Discurso del Trono, verdadero termómetro de la reivindicación sobre Ceuta y Melilla. A lo largo de estos diez últimos años y pese al incidente de Perejil en 2002 y la primera visita de los Reyes de España a Melilla en 2007, Mohamed VI no se ha distinguido por esa secular mención a Melilla y Ceuta en el discurso anual de la Corona marroquí, que se promulga cada 31 de julio
En el presente año y pese a que se daba ya por descontado la mención a las ciudades norteafricanas, Mohamed VI volvió a eludir cualquier mención dirigida a ambas ciudades, lo que se considera siempre un buen dato y muestra claramente si las relaciones diplomáticas entre España y Marruecos caminan por la senda adecuada y eso que Mohamed VI no se ha decidido todavía a visitar España, pese a las varias visitas que sí han hecho los Reyes de España.
En diplomacia se considera siempre muy importante no elevar el listón de un conflicto y la tensión fronteriza de Melilla del pasado verano, nunca desbordó los límites del Mº de Interior, tanto marroquí como español. El momento más peligroso y que pudo elevar la tensión diplomática entre España y Marruecos se produjo con la visita del ex presidente español José María Aznar, quien fue acusado de desleal, ya que como ex presidente está sometido a un status espacial y una visita a Melilla (tan española como cualquier otra ciudad) no tiene el mismo significado.
José María Aznar se cuidó muy mucho de no visitarlas mientras fue Presidente de España entre 1996 y 2004 y cuando lo hizo ya era Presidente en funciones y eso no tiene el mismo significado diplomático que cuando lo hizo el Presidente Rodríguez Zapatero en 2006. Por eso la 1ª no motivó las protestas de Rabat y la 2ª sí.
La última visita del presidente del PP, Mariano Rajoy, a Melilla era obligada tras la intempestiva visita de Aznar en agosto. Pese a las protestas de Rabat, Mariano Rajoy tuvo cuidado en que ésta se produjese el día 16, un día antes de la conmemoración oficial pero no histórica, de la conquista de Melilla y tampoco visitó la frontera.
Este tacto diplomático de Rajoy ha motivado que el PP ha sido invitado ahora a un encuentro de delegaciones de ambos partidos en Marruecos, por el Primer Ministro marroquí Abbas el Fassi (el mismo que protestó ante Rajoy) pero como presidente del partido gobernante Istiqlal. El matiz es importante. El PP como partido nacional cumple unas reglas en sus relaciones con Marruecos, que luego se saltan “a la torera” los dirigentes melillenses, que no los ceutíes.
La pseudo Cumbre de Rabat
El sábado 25 y el domingo 26 de septiembre se celebraron en el Hotel Tour Hassan de Rabat unas jornadas de debate y estudio, bajo los auspicios del Foro para la Memoria y el Futuro Común, bajo cuya pantalla se encontraba la Plataforma para la reivindicación de Ceuta y Melilla de Mohamed Chauki.
Al encuentro fueron invitadas personalidades políticas e históricas del mundo cultural marroquí, como Mohamed Buceta o el ex ministro Laarbi Messari, autor de un libro sobre la historia de las relaciones diplomáticas entre España y Marruecos. De la pseudo cumbre deben destacarse más las ausencias que las presencias.
También fueron invitados los alcaldes la las ciudades limítrofes con Melilla (Nador, Beni Enzar o Farhana), que tampoco acudieron. Tampoco pudieron contar con la presencia del histórico líder de los musulmanes melillenses Aomar M. Duddu, que nunca acude a encuentros que tengan significancia política.
Tras los sucesos del pasado verano, se han dado por zanjados los desencuentros entre España y Marruecos desde las altas esferas políticas marroquíes y no prestaron el más mínimo apoyo a estas jornadas. Ahora se reabre el recuerdo de este encuentro con informaciones confusa, algunas de las cuales la da como todavía por celebrar.
La pseudo Cumbre ya está celebrada, concluida y con resultado incierto y ha sido dejada de lado por Rabat y eso es de lo que se debería estar satisfecho en Melilla y no proseguir por la senda del “encontronazo fronterizo” como elemento de cohesión del voto españolista aglutinado en torno al PP local.
Habrá que confirmar si esa subvención al “Foro por la Memoria Común” es cierta, pero tampoco puede llevarse las manos a la cabeza el PP melilllense, quién en los primeros días de septiembre afirmó que la Ciudad de Melilla iba a hacerse cargo de la rehabilitación y mantenimiento del cementerio de ex combatientes marroquíes en Luarca (Asturias). No es admisible que se afirme esa intención y luego se impida o considere antiespañol y promarroquí el buscar fosas comunes de caídos marroquíes del bando franquista.
En las jornadas del Hotel Tour Hassan el 98 % de los asistentes eran marroquíes desconocidos para el público español y sólo dos de los asistentes sí lo son en Melilla y Ceuta: uno era melillense: Halifa Mohamed, pero no intervino en los debates, y el otro era Mohamed Hamed Alí, Presidente de la Federación de Entidades Religiosas Islámicas, quién sí lo hizo en su tono habitual de reivindicación de la marroquinidad de ambas ciudades (aunque parece que esta vez excedió los límites) y acusó a La Corona Marroquí de no hacer nada por los musulmanes de Ceuta. Este último es el que tiene ahora más comprometida su posición política, tanto en España como en Marruecos.
Por su radicalismo promarroquí ya fue declarado “persona non grata” en Ceuta hace años. Ese último personaje es conocido tanto en Ceuta como en Murcia por sus algaradas violentas cuando los musulmanes de ambas ciudades eligieron como representantes o almuédanos de las mezquitas, a personas que no eran de su agrado.
Las jornadas finalizaron con una reflexión de Messari dirigidas a una mayor democratización de Marruecos y a la creación de un cinturón de hierro económico y humano que asfixie en el futuro a ambas ciudades. Nada nuevo pues, en unas jornadas que más que cumbre era un cerrillo.