El próximo jueves 26 de octubre a las 19:30 horas, en el Centro Cultural de los Ejércitos (Casino Militar), tendrá lugar el acto inauguración de la exposición titulada: “Los Hospitales Militares de Melilla”. La inauguración de la exposición será presidida por el comandante general de Melilla, Luis Sáez Rocandio, y a la misma han sido invitadas las principales autoridades civiles y militares de la plaza, así como, personas y organismos que habitualmente colaboran con el Centro de Historia y Cultura Militar de Melilla.
Como introducción a la exposición, el coronel director del Centro de Historia y Cultura Militar de Melilla, Enrique Catalinas Aracil, hará una breve introducción de la misma.
El Centro de Historia y Cultura Militar de Melilla en el año que se celebra el 150 aniversario del ingreso en el Ejército del ilustre médico Don Santiago Ramón y Cajal y como homenaje a la Sanidad Militar, quiere contribuir a esta efeméride con una muestra de la historia de la Sanidad Militar en la ciudad de Melilla siguiendo el devenir de sus hospitales.
Una historia que pone de manifiesto como los acontecimientos y la evolución de una ciudad en crecimiento estuvieron acompañadas por un desarrollo sanitario que, impulsado por el cuidado de los heridos de las diferentes campañas, proporcionó a la ciudadanía un servicio imprescindible.
La exposición permanecerá abierta al público del 27 de octubre al 19 de noviembre de 2023, en horario de lunes a viernes de 10:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 20:00 horas. Los sábados el horario será de 10:00 a 14:00 horas.
La última gran muestra organizada por el Centro de Historia y Cultura Militar de Melilla tuvo a Francisco Roldán y Vizcaíno como protagonista. Se trata de una figuras más importantes en el desarrollo urbanístico de la ciudad en el Siglo XIX.
Francisco Roldán y Vizcaíno nació en Madrid el 4 de octubre de 1843. Este ingeniero del Ejército inició sus estudios en la Academia de Guadalajara en el año 1859 y los terminó en 1863. En 1864 ya se encontraba destinado en la ciudad de Melilla, donde estaba a cargo del detall de su Comandancia de Ingenieros. Permanecería en esta ciudad hasta 1866, aunque su corta estancia le permitió realizar uno de los proyectos fundamentales para la futura expansión de Melilla: el proyecto de ensanche de las fortificaciones de Melilla (1865-1868), que es la base del crecimiento de la ciudad durante la segunda mitad del siglo XX.