El Día de Melilla vuelve a celebrarse con algo de polémica entre el Gobierno autonómico y CpM, principal grupo de la oposición. En la jornada de ayer, el presidente Juan José Imbroda negó tajantemente que este año se conmemore tan insigne fecha en la Plaza de Armas para satisfacer al líder cepemista, Mustafa Aberchán, que siempre ha criticado la figura del conquistador de la ciudad, Pedro Estopiñán, así como la celebración de esta efeméride, asegurando que se conmemora “un baño de sangre”. Hay que recordar que el Día de Melilla suele tener como escenario central la Plaza de Estopiñán, donde se encuentra la estatua de este personaje. Este año se le hará una ofrenda floral, como es costumbre, pero el acto central se trasladará a la Plaza de Armas.
“Lo último que me han dicho en las redes sociales es que me he bajado los pantalones con Aberchán y que no quiero organizar los actos en la parte de arriba de los aljibes porque está allí la figura de Estopiñán”, reprochó el presidente autonómico, quien aseguró que estas afirmaciones las realizan “aquellos que se dedican a calumniar en las redes sociales y a intoxicar a la opinión pública”.
“En los actos de mañana (hoy) se harán dos homenajes al conquistador”, aseveró el presidente autonómico, quien recordó que para eso la Ciudad Autónoma se dio prisa en restaurar el brazo de la estatua, que fue cortado hace meses en un acto vandálico perpetrado por el Comité de Liberación de Melilla y Ceuta. “Se le pondrá su corona de flores, como siempre, y escucharemos allí el himno de España con todas las autoridades reunidas”, agregó.
Por otro lado, el actor Francisco Casaña se disfrazará como el insigne conquistador de la vieja Rusadir para representar un monólogo ante los presentes.
Mayor aforo
En cuanto al traslado de su discurso a la Plaza de Armas, que se llevará a cabo tras la ofrenda floral a Estopiñán, subrayó que el aforo es mayor y tiene espacios para que el público asistente pueda sentarse.
Además, remarcó que fue en esta plaza donde primero se establecieron los españoles cuando llegaron a Melilla, porque había un manantial de agua. “Dicen que me he bajado los pantalones con Aberchán. Por favor, a mi esto me da risa. Toda esta agitación me motiva y me estimula. Tengo sangre y estas cosas me hacen trabajar más. Conozco a estos personajes que se ponen a calumniar y, aunque yo me vaya, la ciudad no se merece caer en manos de estas personas, porque nos iríamos al caos”, apuntilló el presidente autonómico.
Distinto año, misma polémica
El Día de Melilla suele traer rifirrafes entre el Gobierno local y los cepemistas. El partido que preside Mustafa Aberchán siempre se ha negado a celebrar esta efeméride el 17 de septiembre, que coincide con la llegada de los españoles a la vieja Rusadir, por considerar que se conmemora un derramamiento de sangre por parte Estopiñán contra los bereberes del lugar. Normalmente, los cepemistas no acuden a los actos que se celebran en Melilla La Vieja. Habrá que ver si hoy están presentes en el discurso de Imbroda, que se celebrará en la Plaza de Armas.