-
Los ecologistas se distribuyeron en tres grupos para observar Aguadú, el cauce del río Nano y el litoral
Guelaya Ecologistas en Acción y la Red de Aves Marinas (RAM) participaron ayer en una actividad de avistamiento de aves acuáticas y marinas invernantes con el objetivo de realizar el primer censo de estos animales en Melilla, a pesar de que otras administraciones autonómicas empezaron a hacerlo en 1990, según publicaron los ecologistas en su blog. Con este censo, la entidad controlará las aves migratorias que pasan el invierno en Melilla.
Para poder llevar a cabo esta actividad, los activistas se dividieron en tres grupos con tal de abarcar una mayor área geográfica de localización. Así, un grupo se instaló en un puesto fijo en Aguadú para encargarse del avistamiento de aves en esa zona. Lo más destacable que detectaron a lo largo de la jornada fue un bando de 14 ibis europeos.
El segundo grupo salió desde Aguadú, recorrió el pantano de las Adelfas, el cauce del río Nano y el del río del Oro hasta llegar a la desembocadura de este último. Esta comitiva avistó numerosos ejemplares de cormoranes grandes y garzas reales en el pantano, mientras que en el curso alto del Nano localizaron un busardo moro. En la desembocadura, se encontraron con ejemplares de chorlitejo chico y patinegro, cigüeñuela y lavanderas, según explicó a este diario Manuel Tapia, miembro de Guelaya.
El tercer grupo recorrió toda la costa melillense, desde el Dique Sur hasta la playa de las Horcas Coloradas. En su paseo vieron charranes, pardelas, gaviotas reidoras y otras de pico rojo.
Con estos avistamientos, Guelaya elaborará el censo de las aves acuáticas y marinas de Melilla. La información de los censos permite mantener actualizados el Listado de Especies silvestres de Protección especial (RD 139/2011, de 4 de febrero), y el Inventario Español del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, según informa el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama).
En los censos se incluyen aves invernantes del norte de Europa, que no se reproducen en España, y anátidas (patos), que en muchas comunidades autónomas son aves cinegéticas, por lo que el seguimiento de estas especies afecta a la biodiversidad de otros países o incluso a la regulación de la caza, según explica Guelaya en su blog.
En el caso de Melilla, la importancia de los censos se justifica por la presencia de aves invernantes migradoras en sentido norte-sur, procedentes de Europa, y por otras que emigran en sentido este-oeste, del Mediterráneo oriental y del Atlántico, por lo que el número de especies se ve enriquecido por nuestra situación geográfica.