El técnico de la escuadra azulina adelantó que habrá cambios en el equipo, pero que será reconocible y competitivo. Pueden tener minutos de calidad los jugadores menos habituales.
Una vez asegurada la ansiada permanencia, la semana de entrenamiento ha sido diferente a las precedentes al menos en cuanto al estado anímico del plantel azulino. “Ha sido completamente distinta. Estamos todos muy raros, porque hemos vivido muy apretados durante los cuatro meses que he estado aquí. Ha sido una semana de alegría, tranquilidad y de muchas bromas. Se ha notado y creo que es normal”, significó Carlos Granero.
No obstante, donde no ha habido ninguna variación ha sido a la hora de trabajar. “El equipo ha vuelto a trabajar bien. Desde el punto de vista del microciclo no hemos cambiado nada en absoluto. La Federación nos dice que tenemos unas mínimas posibilidades (Copa del Rey), la clasificación así nos lo confirma, y tenemos la obligación, al menos mientras yo sea entrenador, por respeto a la profesión, a la entidad y al entorno de no bajar la guardia. Vamos a ir a competir, a intentar prolongar la racha y a ver si se da la carambola. No depende de nosotros, porque es difícil que se den los resultados del Mérida y del Cartagena, pero lo vamos a intentar”, valoró el técnico valenciano.
Granero tampoco espera a un rival relajado. “Todos pensábamos que el Granada B era uno de los pocos equipos que se podían relajar en la competición, ya que había hecho una excelente temporada. Al final están manteniendo muy bien el tipo, están muy enchufados y vienen de ganar a La Hoya Lorca y al Real Murcia”, apuntó.
La idea del técnico unionista es hacer algunos cambios en el equipo, así lo adelantó, pero también dejó claro que el equipo que salga lo va a hacer bien y va a competir. “Mi idea es ver a algún jugador que no ha tenido muchos minutos porque la dinámica ha sido la que ha sido y las circunstancias no han acompañado. Por qué no premiar a un jugador que ha mantenido una buena actitud y una buena respuesta desde que yo estoy aquí, pero, insisto, va a ser un equipo reconocible y lógico. Unos pueden tener el premio de entrada y otros después, durante el desarrollo del partido”, declaró.
Algo que llama la atención a la hora de valorar el paso del entrenador levantino por la UD Melilla a lo largo de estos casi cinco meses ha sido su relación con los arbitrajes. De hecho, el domingo cumplirá su octavo partido de sanción en tan corto periodo de tiempo. “La verdad es que es un motivo de análisis” bromeó, pero luego, con semblante serio añadió que “he reflexionado al respecto. Lo que me ha ocurrido con los arbitrajes desde mi estancia en Melilla es la primera vez que me ocurre en mi carrera deportiva, y ésta no empezó ayer ni antes de ayer. Después de 20 años ejerciendo la profesión de entrenador, casi he estado más tiempo en la Tribuna que en el banquillo”, valoró.
“Sea por unas circunstancias o por otras, tengo que reflexionar y es algo que también he trasladado al club. A veces pago yo las consecuencias, pero asumo también las responsabilidades porque los reglamentos nos castigan a los entrenadores. Creo que en ese aspecto tenemos que cambiar, tenemos que mejorar y ser más listos en esas cosas. Un banquillo más controlado y un mejor comportamiento. A mí no me gusta ir dando la nota de esa manera por los campos. Me gusta transmitir una buena imagen de la entidad que represento y me gusta transmitir una sensación de seriedad, de profesionalidad, de sensatez y de equilibrio. Por eso detesto y odio ese tipo de cosas. Desgraciadamente me las he encontrado y en alguna pienso que no ha sido justa. La primera (en relación a la sanción de seis partidos) se puede matizar, y la segunda es una barbaridad. Es una aberración de norma, que además no admite ningún tipo de interpretación. Vamos a intentar mejorar también esos aspectos”, expresó.