La directora gerente de Suncruise Andalucía, Esther Molina (Cazorla, Jaén, 1963) es una de las participantes, el próximo martes, día 20 de junio, en el seminario que se organizará en el hotel Tryp Melilla Puerto sobre ‘Turismo y desarrollo económico. Málaga como modelo de éxito’. Asegura que para ella es “un auténtico lujo” venir a Melilla para conocer de primera mano la ciudad. Confía en que sea “una experiencia muy enriquecedora”.
-Lo primero, ¿por qué no está incluido el Puerto de Melilla en la red de Suncruise Andalucía cuando, por ejemplo, sí está el de Ceuta?
-La voluntad de Suncruise Andalucía siempre ha sido incluir tanto a Ceuta como a Melilla en nuestro proyecto. El objetivo de Suncruise Andalucía es la promoción del destino Andalucía Mediterráneo y Atlántico en el turismo de cruceros y en la náutica deportiva. Cuando todos los puertos andaluces empezaron a colaborar conjuntamente en este sentido, pensaron en una alianza estratégica perfecta por identificación cultural en Ceuta y en Melilla. Con Ceuta las conversaciones fueron muy fluidas. Avanzaron de forma rápida, no hubo problemas y enseguida se incorporaron. Participan de todos los eventos y misiones comerciales y con Melilla se iniciaron las conversaciones, pero se pararon. Yo creo que no fue por voluntad del Puerto ni de Suncruise, sino por otras cuestiones que se escapan a nuestro control, quizás más de tipo político. Quizás la oportunidad en su momento no fue buena, pero sigue existiendo una voluntad clara por parte del presidente de Suncruise Andalucía y de su junta directiva, así como por la mía, y también me consta que del Puerto de Melilla, para dar ese paso y esperemos que sea en breve, porque la ruta andaluza que se ofrece, junto con Ceuta y Melilla, es muy atractiva y complementaria.
Melilla tiene una oferta de destino poco conocida, pero hay que decir en voz alta que Melilla es España, que pertenece a Europa y que tiene su propio sistema fiscal, que también es atractivo y favorece a la hora de que las navieras hagan sus números y vean en Melilla un aliado estratégico desde el punto de vista empresarial como lo puede ser Gibraltar, que ya es un puerto no europeo.
-El actual Gobierno local intentó fomentar el turismo de cruceros. Los comerciantes de la ciudad solían quejarse de que estos turistas apenas dejan dinero en Melilla, más allá de un café o similar. Muchos turistas, de hecho, regresan al barco para comer, puesto que lo tienen incluido en el precio del crucero. ¿Qué se podría hacer desde las instituciones para maximizar los beneficios de estos cruceros? ¿Qué es lo que se hace en Málaga?
-En Málaga lo que se hace es que se trabaja conjuntamente entre el puerto, el Ayuntamiento, la Diputación provincial y la representación del Gobierno andaluz en materia de turismo para promocionar el destino conjuntamente. Y en el destino no solamente se incluye la oferta cultural y patrimonial, sino también gastronómica y de comercio. Pero ahí hay que hacer un esfuerzo y un trabajo bidireccionales, en el sentido de que también los comerciantes de Melilla tienen que adaptarse al horario y a lo que los cruceristas pueden demandar. En ese sentido, aprendemos todos con la experiencia, que te dice que, si tú eres amable con los cruceristas, cada vez irán más cruceros y cada vez la gente consumirá más. Eso está estadísticamente demostrado.
En Málaga, por ejemplo, hubo una iniciativa en la que yo participé, llamada Málaga Cruise Ship, en la que se identificaban los comercios que querían estar en la ruta de los cruceristas, abrían los festivos si llegaban cruceros, se les avisaba desde el puerto de que iba un crucero un domingo y abrían y se les identificaba con una pequeña alfombra, unas macetas y el logotipo. Algo barato, pero muy efectivo. Los comerciantes nos decían que habían notado cómo sus ventas habían aumentado. Eso se publicitaba en el puerto: ‘Málaga, ciudad abierta al comercio’. Pues ‘Melilla, ciudad abierta al comercio’. El trabajo debe ser, por tanto, bidireccional.
-¿Cuál es el punto clave, o los puntos clave, del despegue de Málaga en materia de turismo en los últimos años?
-Mi opinión se basa en haber vivido esa transformación de Málaga desde cerca. No soy de aquí, pero llevo viviendo en Málaga 30 años y mi experiencia es que Málaga ha tenido planificación estratégica. Es decir, esto no es algo que haya ocurrido de forma espontánea y ya está. Obedece a un estudio, a una planificación y a una estrategia en la que han tenido voz todas las instituciones públicas y privadas: asociaciones empresariales, sindicatos, Universidad, Junta de Andalucía con independencia del color político y confederaciones empresariales. Todo ello dirigido y auspiciado por el alcalde de Málaga de forma personal. Al final, vamos ya por el sexto plan estratégico y se va haciendo ciudad. Al hacer ciudad, haces destino. Pero es importante saber hacia dónde quieres ir y en qué te quieres convertir y, si lo tienes claro, trabajar en que el desarrollo urbanístico, comercial, cultural y patrimonial de tu ciudad vaya enfocado en este sentido. Y ese es el éxito que ha tenido Málaga, que, no siendo una ciudad muy monumental como Granada, Sevilla o Córdoba, ha sabido buscar su historia. Y su historia la ha encontrado en la oferta cultural y se enfocado en ella. Ha abierto el puerto natural de una manera fantástica y esa planificación urbanística, ligada a saber dónde me quiero enfocar y cuál es mi valor diferencial respecto a otros destinos, qué se puede ofrecer de distinto, la ha hecho centrarse en los museos. Es planificación, estrategia, buscar tu valor diferencial. Es mucho. Todos tienen que participar y es lento, pero se consigue.
-¿Se podría aplicar algo de esto en Melilla?
-¿Por qué no? Por supuesto. Con voluntad y con capacidad de colaboración, con independencia de colores políticos, simplemente llevando a Melilla en el corazón, todo se puede conseguir. Creo que no es más que eso.
-¿De qué manera potenciaría usted entonces Melilla como destino turístico? ¿Cree que se hace lo suficiente?
-No puedo contestar muy bien a esa pregunta, pero creo que no, porque ni los andaluces conocemos Melilla en general. Habría que empezar por ser predicador en casa. Por ejemplo, los operadores turísticos europeos no saben que Melilla es España. Piensan que pertenece a África. Y eso es importante trabajarlo, como también lo es dar a conocer el destino de Melilla a los peninsulares, que, para muchos, es la gran desconocida. Hay que fomentar su atractivo.
-En este sentido, ¿considera que las ventajas fiscales de Melilla podrían atraer empresas y turismo? ¿Por qué, a pesar de ello, no implantan aquí sus sedes sociales? ¿No se promocionan lo suficiente estas ventajas?
-Creo que no tienen promoción suficiente. Es una peculiaridad y hay que ir con ella. Por ejemplo, cuando Ceuta se integra en Suncruise y vamos a las promociones a las navieras, porque desde Suncruise se habla de ambas ciudades, les digo “no habéis caído, pero son Europa, son Schengen y son España, pero tienen las ventajas fiscales que puede dar Gibraltar". Y se sorprenden. Les digo que además tienen una oferta de destinos muy atractiva por lo distinto, por lo exótico y por sus valores diferenciales. Y se quedan sorprendidos, porque no lo saben. Así que espero, de verdad, que Melilla esté con nosotros acompañándonos en nuestra apuesta por el turismo de cruceros y de náutica deportiva.
-Con la OPE pasa algo parecido a lo de los cruceros: que los comerciantes se quejan de que aquí no deja dinero. ¿Cree usted que la OPE beneficia a Melilla?
-No lo sé, porque no la he vivido desde Melilla, pero probablemente también. No tiene nada que ver con el turismo, pero la forma de viajar que tienen esas personas es cada vez mejor. Ya no tenemos el concepto ese que había antes, un poco más gris, de los viajeros de la OPE. A lo mejor hay que adaptarse en materia de avituallamientos o servicios. Puede ser una oportunidad no ya turística, pero, sin duda, económica. De todo se puede sacar una oportunidad.
-También se hablaba aquí en Melilla de fomentar el turismo de congresos. ¿Lo ve usted factible?
-Sí, claro. Málaga se ha convertido también en un puntal en ese sentido. Se ha trabajado mucho, por ejemplo con el Palacio de Ferias y Congresos. Yo entiendo que sí, siempre que la publicación sea buena. Ahí influye mucho la conectividad. Es fundamental, porque hablamos de directivos y ejecutivos de empresas que dejan muchísima economía y que a la vez son turistas y se pueden quedar en el destino. Pero, para eso, se necesita facilidad en la conectividad.
-¿Por qué tipo de turismo apostaría usted vistas las características de Melilla?
-Yo apostaría por un turismo experiencial. Quizá, desde un punto de vista de cruceros, sería algo más pequeño en que lo que busquen los viajeros sea la experiencia en el destino. Ese lujo de la experiencia en el destino, ese sentirte único, especial y conectado con ese algo que da Melilla de exotismo y de mezcla de culturas y religiones que no dan otros sitios. Eso puede ser un atractivo impresionante para el turismo que viene por el mar.
-¿Qué utilidad confía en que tenga en la ciudad el seminario ‘Turismo y desarrollo económico. Málaga como modelo de éxito’?
-Yo creo que la utilidad que tiene este tipo de reflexiones es que en ellas compartimos experiencias, y esas experiencias pueden dar con claves para saber por dónde ir. También hay que aprender de los errores, que alguno se ha podido cometer, para no volverlos a hacer. Es decir, si hay que resumirlo en una frase, aprender de la experiencia.
Todo lo que se haga por nuestras ciudades españolas de Melilla y Ceuta, bien venido sea, pero la realidad es otra. En la ciudad no hay infraestructuras de ocio y diversión para atraer ningún turismo joven y dinámico. Y el que nos visita viene solo inspirado en la cultura del "porro", o el de cruzar la frontera para hacerse la típica foto de amiguetes. Agradecemos todo esfuerzo de agencias españolas, pero si no hay un verdadero plan de inversiones, todo quedará en un recuerdo sobre papel mojado.