Este Martes Santo, 15 de abril, a las 20.30 horas, las puertas de la Parroquia Castrense de la Inmaculada Concepción se abrirán para dar paso a uno de los momentos más solemnes de la Semana Santa de Melilla: la salida de Nuestro Padre Jesús Humillado.
Un acto profundamente emotivo y cargado de simbolismo que cada año congrega a cientos de fieles y devotos. Cinco minutos después, a las 20.35 horas, se celebra el tradicional Desagravio, un momento íntimo y trascendental que este año correrá a cargo de Pedro Pomares, conocido por su trabajo en medios y por su vinculación con la Semana Santa melillense.
"Estoy muy nervioso pero también muy agradecido". En declaraciones a El Faro de Melilla, Pedro Pomares ha compartido cómo está viviendo las horas previas a este importante acto: "Muy nervioso y con una responsabilidad enorme. Algunas veces sí que tengo la sensación de estar acostumbrado a escribir pregones o a hablar por televisión pero esto deja mucho atrás la norma típica del pregón. Es mucho más".
Pomares ha subrayado la dificultad que supone enfrentarse a un texto tan íntimo y espiritual: "Un Desagravio no es cualquier cosa. Parece fácil hablarle de tú a tú al Señor cuando estás en una capilla, pero cuando es público, cuesta mucho más abrir las entrañas. Ciertamente es una responsabilidad enorme".
Una tradición con más peso que nunca
El Desagravio ante Jesús Humillado es un acto ya institucionalizado en el Martes Santo melillense, pero que cada año cobra nuevo sentido. "Yo creo que hoy tiene más peso espiritual que nunca. Al menos debería. Vivimos momentos muy confusos, hasta disparatados, y este tipo de actos ayudan a hacer introspección, a recuperar valores que se han perdido", afirma Pomares.
Además, valora especialmente que la Cofradía apueste por personas de la ciudad para llevar a cabo estos actos tan importantes: "Uno se suma a una lista de nombres que vemos cada año en la revista de la Cofradía, y que han tenido el honor de dirigirse al Señor. Es bonito y muy simbólico".
Preparación emocional y vocal
Pomares, al ser preguntado por su preparación, confiesa: "Trato de no sobrepensarlo, pero sí visualizarme. Imaginarme dónde estaré, cómo será el ambiente, si será en el exterior o en el interior del templo, en caso de lluvia... Me preparo emocional y vocalmente, modulando pausas, adaptando los textos para que el mensaje llegue con claridad, sea donde sea".
Comparando el acto con una puesta en escena, destaca la importancia del entorno y del público. "Es como un actor que sube a escena. Pero aquí el protagonista absoluto es Él".
Recorrido procesional
La procesión continuará con su recorrido por las calles de la ciudad. Pasará por la Plaza Yamin Benarroch, seguirá por la calle Duque de Almodóvar, para luego adentrarse en la Plaza de España y continuar hasta la Avenida Rey Juan Carlos I, donde está previsto que se realice una parada significativa en torno a las 21.15 horas. A las 21.45 horas, Jesús Humillado pasará por la tribuna oficial y seguirá su camino por Avenida Castelar, López Moreno, Plaza Menéndez Pelayo y Ejército Español, para retornar a la Plaza de España y enfilar nuevamente hacia Duque de Almodóvar y Plaza Yamin Benarroch, donde se prevé la recogida en torno a las 23.30 horas.
El trono y su historia
El trono de misterio es obra de José María Jiménez Guerrero y Diego Fernández Rodríguez, realizado en el año 1999. Ese mismo año, el 6 de marzo, las imágenes fueron bendecidas por el entonces Arzobispo General Castrense, Monseñor D. José Manuel Estepa Llaurens, durante una solemne misa en la propia Parroquia Castrense.
La ceremonia fue embellecida con la dirección musical de D. Mariano Salgado, quien dirigió al Orfeón Melillense "Padre Victoria". En 2022, la imagen fue sometida a una profunda restauración por la artista Bárbara Botello Bandera, devolviendo al conjunto su esplendor original.