Uno de los principales propósitos que la mayoría de la ciudadanía se marca para año nuevo es ponerse en forma y entrenar para ello.
Javier Leiva, gerente del gimnasio Olympic Center en Melilla, dice que después del fin de semana de Reyes el primer consejo que da es coger el hábito deportivo, hacer ejercicio; la costumbre de comer bien se coge progresivamente.
Leiva cree que más que el remordimiento por lo que se ha comido durante el periodo navideño, es el comienzo de un año nuevo lo que motiva a muchas personas a apuntarse al gimnasio, donde ya están viendo caras nuevas.
“El que lleva varios meses sin entrenar, lo relevante no son las navidades, sino el tiempo que lleva sin cuidarse”.
Explica que en su centro tienen un amplio abanico de actividades para que la gente pueda divertirse mientras hace deporte y tienen planes de entrenamiento personalizado, que últimamente es lo que más está siendo demandado.
Leiva piensa que lo ideal es hacer al menos una hora de deporte al día durante tres o cinco días a la semana. “Yo recomiendo al cien por cien entrenar la fuerza bajo la supervisión de un profesional y hacer dos o tres días a la semana cardio, ya sea caminar o hacer una actividad cardiovascular”.
Leiva insiste que el trabajo de la fuerza tiene que estar presente para mejorar la salud y la composición corporal, es decir, la pérdida de grasa.
“Está demostrado que el entrenamiento de la fuerza es el que realmente produce un estímulo óptimo para la mejora de la composición corporal y la ganancia de masa muscular, dos elementos que van en beneficio de la salud”, subraya.
Por su lado, el entrenamiento de cardio ayuda a la pérdida de peso y de grasa, pero no a la ganancia o mantenimiento de masa muscular. Así pues, para él, este tipo de entrenamiento “está en un segundo lugar” y “es adicional”.
“Como entrenamiento prioritario, para aquellas personas que quieran mejorar su estética o su salud, sin lugar a dudas, el que está demostrado e ideal es el de la fuerza”.
Esto no quiere decir que haya que levantar un gran peso, este estará adaptado a la situación personal de cada uno, ya que se tiene en cuenta la edad, si la persona tiene una lesión o el estado físico en el que se encuentra. Es por ello, subraya Leiva, que es tan importante iniciar este proceso de la mano de un profesional porque este adaptará el entrenamiento a la necesidad de cada persona.
Cree que, siendo sensatos, cualquier actividad es mejor que llevar una vida sedentaria, es decir, comer lo que uno considere necesario y andar es preferible a comer mal y estar sentado todo el día. Aún así, señala que al igual que nos dejamos llevar por recomendaciones de profesionales como los farmacéuticos, lo mismo ocurre con el deporte: si se siguen los consejos de un experto es más positivo.
Cultura deportiva
¿Es la constancia lo más duro de entrenar? Leiva responde que “seguramente”. Explica que el problema viene de base, pues piensa que el deporte debería estar presente desde muy pequeños y así desarrollar una cultura deportiva. La idea es que formase parte de nuestro día a día al igual que se adquieren otro tipo de hábitos.
“Al no haber esa cultura de deporte todavía en la sociedad, pues la gente lo pone como última prioridad y siempre surgen excusas como ‘no tengo tiempo, ‘tengo a los niños’ y eso es mentira: todo el mundo tiene una hora al día”.
Además, expone que hoy en día hay posibilidades, como que su gimnasio esté abierto desde las 06:00 horas hasta las 23:00 horas. “Una hora al día la tienes al cien por cien, ahora bien, todos tenemos excusas. Las facilidades están ahí”. Por lo tanto, cree que el problema de la constancia proviene de esa falta de cultura deportiva.
Nutrición
Leiva recalca que el entrenamiento tiene que ir de la mano de una buena nutrición. Ante todo, hay que marcarse el objetivo que se quiere conseguir y segundo ver las limitaciones que hay físicas y de horario.
Respecto a la nutrición ocurre lo mismo. Se diseñará un programa en función de si la persona tiene algún tipo de alergia, patologías o toma fármacos.
Asegura que de esta forma llega una mejora de la salud y de la forma física.
Además de ser el gerente, él también es el preparador personal. Explica que en el tiempo que está con los clientes, estos los dan todo. Incluso hay clases online.
Asegura que él, a nivel personal, tiene bastante estrés y duerme poco, pero que los días que entrena, esto le ayuda a digerir completamente el estrés e incluso le cambia el humor a mejor.
Cuánta razón tiene este hombre. Nuestros hospitales y ambulatorios estarían mucho más vacíos si tuviéramos aunque sólo fuera un poquito de esa cultura deportiva y practicásemos deporte a Todas las edades. Más vale prevenir que lamentar. Lo que pasa es que "sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena"...