Bueno, hay gente para todo. Le decía un subalterno a Guerrita, tras una espantosa faena en Les Ventas a cuyo término se produjo un chaparrón de tomates y amohadillas: "Usté, no se me preocupe, maestro, que hay gente pa tó". Sí, sí, hay gente para todo y entre ese todo hay gente hasta para mejorar la calidad de vida los menos jóvenes, los mayores, los veteranos de la vida. Y ese es el caso de don Rafael Ballesteros, veterano joven también y presidente de 'Divina Providencia? y la 'Peña Colón', ambos en Batería Jota. No lo tiene fácil el señor Ballesteros porque el mayor es más exigente que Hacienda -sólo hay que verles comer-, pero lo lleva con inteligencia y donosura.
'Divina Providencia' nació hace casi medio siglo, como club (por aquellos tiempos, de asociaciones, nati mistrati). Nació como una especie de Beneficencia y hoy es motor social protagonizado por gente mayor pero, sobre todo, participativas; son personas que demandan una proyección social para convertirse en protagonistas del colectivo de la 'tercera junventud', justo la época para saberse útil y demostrarlo. Han celebrado su comida de Navidad.
Lo han hecho en el bajo de la 'Peña Colón', sede provisional que dejará de serlo dentro de unas semanas. El nuevo local de la calle de México está a punto de caramelo. Hombre, Rafael Ballesteros reconoce que es más pequeño que el fundacional -hace 48 años- pero es nuevo, es moderno, leche, es un local a estrenar, cuestión que no es moco de pavo en los tiempos que corren, con más ahorros de los deseables. Opíparas viandas, ejemplares caldos, el local lleno hasta las perchas y Ballesteros, bien feliz con lo que admiraba con unos ojos cargados de sinceridad y compromiso.
Gambas y surtido ibérico variado para celebrar el asentamiento de las posaderas; frituras marítimas y terrestres y el correspondiente plato de cocina para henchir barrigas demandantes y agradecidas. Tres cestas, oiga, tres munomentales cestas navideñas, con papeletas de regalo para tres afortunados viandantes de Batería Jota, hermoso barrio de la zona norte de Melilla. El firmante nació en la calle de Don Jaime Ferranz, con eso lo digo todo.
El presidente de Divina Providencia', el señor Ballesteros, condensa sus emociones en los siguientes términos:
"La vocación asociativa de 'Divina Providenca' crece con los años y, como los buenos vinos, coge poso y categoría. Y por esa senda vamos a seguir caminando, no lo duden. Tengo que agradecer a los socios su confianza y su participación y, por supuesto, a las institciones públicas el aliento que nos hacen llegar. Todos son responsables de un hecho incuestionable: el peso social de nuestro club, una solera que seguirá consolidándose escribiendo una bonita historia basada en la mejora de calidad de vida del mayor melillense.