La reactivación de la aduana comercial entre Marruecos y Melilla no ha estado exenta de obstáculos. Según denuncian algunos empresarios y agentes de aduanas, las autoridades marroquíes están imponiendo trabas burocráticas que impiden la exportación de sus productos hacia el país vecino. Estas dificultades, que giran en torno a la exigencia de certificados adicionales, están generando preocupación en el ámbito empresarial y comercial de la ciudad.
Estos empresarios han manifestado que, a pesar de los esfuerzos por normalizar el comercio transfronterizo, Marruecos estaría requiriendo documentación extra que en algunos casos no se exigía anteriormente. Esta situación estaría obstaculizando la salida de productos hacia el país vecino y afectando la actividad económica de aquellos que dependen del comercio con Marruecos.
Fuentes consultadas por El Faro señalan que existen dos problemas: uno, que los productos que se permiten pasar a Marruecos no son de consumo diario porque se trata de electrodomésticos, tecnología e higiene; dos, que "no hay suficiente claridad" en cuanto a la documentación, fundamentalmente porque las autoridades marroquíes se niegan a dejar por escrito y de forma oficial la existencia de importaciones desde aquel territorio que proceden de Melilla "porque eso sería reconocer su españolidad".
Sorpresa en Delegación
La Delegación del Gobierno, sin embargo, ha expresado su sorpresa por la denuncia que formulan empresarios y agentes de aduana porque, según Sabrina Moh, hasta el momento no ha recibido quejas formales por parte de estos sectores. De hecho, la Delegación ha reiterado en varias ocasiones que la aduana está operativa en ambas direcciones y que cualquier problema debe ser comunicado para poder ofrecer asesoramiento y encontrar soluciones.
No obstante, la realidad que denuncian algunos empresarios es diferente. Según afirman, las trabas impuestas por las autoridades marroquíes están ralentizando el proceso de exportación y, en algunos casos, impidiendo directamente la salida de mercancías.
Desde el lado marroquí, las autoridades justifican estas exigencias en la necesidad de cumplir con normativas de sanidad y control de calidad. Argumentan que la documentación solicitada es parte del proceso de regularización del comercio tras años de cierre de la aduana comercial.
Sin embargo, los empresarios melillenses sostienen que estas exigencias no eran un requisito previo o que, en su defecto, deberían haber sido comunicadas con mayor antelación para evitar retrasos y pérdidas económicas.
El comercio con Marruecos es una de las principales fuentes de ingresos para muchos empresarios de Melilla, especialmente en sectores como el comercio. La reactivación de la aduana comercial era vista como una oportunidad para recuperar la actividad económica perdida durante los años de cierre, pero la actual situación está generando incertidumbre.
La aduana comercial entre Melilla y Marruecos estuvo cerrada desde 2018 hasta principios de este año 2025, cuando se anunció su reapertura como parte de un proceso de normalización de relaciones entre España y Marruecos. Durante estos años, empresarios y agentes aduaneros han reclamado insistentemente la reanudación de la actividad comercial, subrayando la importancia del comercio transfronterizo para la economía local.
Según un reportaje publicado por El Faro de Melilla, los agentes aduaneros han librado una batalla de más de seis años para lograr que la aduana volviera a operar con normalidad. La reapertura fue vista como un logro para el tejido empresarial melillense, pero la implementación del comercio ha estado marcada por dificultades logísticas y burocráticas.
Las denuncias actuales sobre trabas en la exportación refuerzan la preocupación de los sectores comerciales sobre la estabilidad de la aduana y la viabilidad de las relaciones comerciales con Marruecos.
Ante este panorama, la Delegación del Gobierno ha insistido en que cualquier empresario que enfrente problemas con la exportación de sus productos debe comunicarlo a las autoridades para recibir asesoramiento. Se ha reiterado que los certificados sanitarios y de exportación se están emitiendo sin problemas desde Melilla, por lo que cualquier dificultad debe ser notificada para su resolución.
Los empresarios afectados, por su parte, exigen mayor claridad y coordinación con Marruecos para evitar que estos obstáculos se conviertan en una barrera permanente para el comercio. Algunos han solicitado la intervención de las autoridades españolas en las negociaciones con Marruecos para garantizar que las normativas sean claras y uniformes.
El comercio transfronterizo entre Melilla y Marruecos sigue enfrentando desafíos pese a la reapertura de la aduana comercial. Las denuncias sobre trabas en la exportación de productos reflejan la necesidad de mayor coordinación entre ambas partes para evitar perjuicios económicos a los empresarios. Mientras la Delegación del Gobierno insiste en que la aduana opera con normalidad, los empresarios reclaman soluciones rápidas y efectivas para garantizar un flujo comercial sin interrupciones.
Cabe resaltar, por último, que ni siquiera se están produciendo importaciones de pescado a Melilla precisamente por la negativa marroquí a dejar constancia documental de la exportación correspondiente.