La melillense Isabel María Migallón Aguilar rescata del anonimato a trece mujeres que vivieron en el siglo XVIII y que contrajeron matrimonio en esta ciudad.
La licenciada en Geografía e Historia por la UNED y ayudante técnico del Archivo Histórico de la Ciudad, Isabel María Migallón Aguilar, presentó ayer el libro ‘Mujer y matrimonio en la Melilla del siglo XVIII: las escrituras o cartas de dote’, en el teatro Kursaal apoyada por sus compañeros, amigos e interesados en esta parte tan desconocida de la historia de las melillenses. El objetivo de este libro es rescatar del anonimato a trece chicas que durante un tiempo convulso vivieron en la ciudad y que contrajeron matrimonio entre las murallas de El Pueblo. No se trata de que hayan realizado grandes azañas en sus vidas, pero “ellas son parte activa de la historia, aunque no salgan en los libros”, explicó Migallón.
La publicación de este libro era un proyecto pendiente de la Consejería de Cultura y está en total consonancia con la exposición que aún hoy está abierta al público en el Archivo Histórico de Melilla, en el Hospital del Rey, y que que se puede seguir visitando, sobre las cartas de dote.
Se trata de un documento que firmaba un escribano o notario y que certificaba todas las pertenencias que aportaba la mujer en el matrimonio, desde la vajilla hasta las joyas o la ropa de cama se recogen en estos textos y además se anotan su valor exacto.
Esta carta de dote o escritura de dote era vital para estas mujeres porque describían sus pertenencias, aunque luego esta riqueza fuera gestionada por sus maridos, pasando del yugo del padre al del esposo, según comentó Migallón.
En la mayor parte de los casos esta carta se realizaba antes del matrimonio y también puede entenderse como un seguro de vida de estas féminas.
Migallón destacó a ‘El Faro’ que son muchos los detalles que le han llamado la atención a la hora de analizar estos documentos que están guardados en el Archivo Histórico de Melilla, entre ellos, que una de estas mujeres recibiera el permiso de su marido para gestionar ella su riqueza, algo que nos suena absurdo en este siglo, pero que para los melillenses del XVIII no era nada frecuente.
Por otro lado, la escritora de este libro destacó su interés por la figura de Adriana de Herrera, quien dota hasta en cinco ocasiones a sus hijas, por eso, en esta publicación se analiza a trece mujeres, pero 16 cartas de dote. Migallón comentó que posiblemente esta mujer sea la primera empresaria que hubo en Melilla, y que su intención era asegurar el futuro de sus dos hijas, María y Rafaela.
La consejera de Cultura, Simi Chocrón, comentó que esta obra nos permite descubrir la vida de las mujeres hace tres siglos y cómo accedían al matrimonio.
El libro no sólo recoge qué es una carta de dote, sino que incluye las reproducciones y la traducción de las originales y un glosario con el vocabulario de la época. Las ilustraciones han sido realizadas por María del Carmen Cobreros, y la portada ha sido diseñada por Teresa Cobreros.