Las elecciones del 26M siguen focalizadas en la posible manipulación del voto por correo, gracias al eco común de Ciudadanos, Coalición por Melilla y Partido Socialista contra el Partido Popular, al que acusan de manipularlo.
A su favor, la terna de partidos anti-PP encuentra algunos apoyos externos como la Plataforma de Empresarios de Melilla que, vía Twitter conmina a los populares a que “tomen buena nota de sus adversarios políticos” y solicite también a la Junta Electoral de Zona “un mayor control sobre el voto por correo”.
De manera evidente, unos pretenden situarse en el lado de los ‘buenos”’ a favor de lo que llaman “el juego limpio”, al tiempo que sitúan en contra o en el lado opuesto, es decir en el de los ‘malos’, al Partido Popular.
Lo anterior estaría muy bien si no fuese porque en Melilla los únicos condenados a pena de cárcel por manipular el voto postal a cambio de promesas de trabajo en los Planes de Empleo han sido precisamente dirigentes de Coalición por Melilla y del PSME-PSOE, y no del Partido Popular.
Aunque la sentencia contra Mustafa Aberchán y el exsecretario general del PSOE local, Dionisio Muñoz, así como de otros 16 miembros de CpM y Partido Socialista, no es firme tras que los condenados optaran por recurrirla, lo que es innegable es que la misma se produjo y que se emitió dando por probada la compra de votos.
Pero aún así y aunque los hechos sean los que son, por incomprensible que pueda parecer, un partido de relativo nuevo cuño, como Ciudadanos, decide aliarse con los que resultaron condenados en lugar de actuar de manera independiente.
Detalles aparte que, no obstante, por reveladores merecen destacarse, lo que parece claro es que toda esta proclama a costa del voto por correo es, sobre todo y ante todo, una campaña conjunta y organizada contra el Partido Popular que, principalmente, no busca más que sembrar dudas y poner en tela de juicio a los populares en un intento de restarle votos el próximo 26 de mayo.
Y es así porque los tres partidos, antes incluso de iniciarse las pasadas elecciones Generales, ya presentaron mediante escrito formal ante la Junta Electoral una petición de mayor control sobre el voto por correo que, ahora, han vuelto a reeditar aún a sabiendas que la JEZ ya les contestó que carecía de “competencias” para atender lo que solicitaban.
En concreto, PSOE, CpM y Ciudadanos quieren que el voto postal, una vez se haya realizado personalmente la correspondiente solicitud, recibido en casa y también personalmente el sobre de Correos con el certificado censal y las posibles opciones de voto, sea entregado igualmente de forma personal en las oficinas postales, mediante identificación con DNI del propio votante
Un requisito, este último, que la Ley Electoral no contempla y que socialistas, cepemistas y dirigentes de Ciudadanos en Melilla quieren se aplique en nuestra ciudad con carácter excepcional, invocando, no ya los hechos probados de manipulación del voto por parte de CpM y PSOE, sino la manipulación que, según ellos, realiza el PP del voto por correspondencia.
Resulta llamativo, curioso o si quieren cínico que los propios condenados se erijan en jueces para acusar a otros de lo mismo por lo que ellos resultaron culpables. Pero así es como se está escribiendo esta historia basada por demás en una petición imposible porque ni la JEZ puede exigir nada que no esté previsto en la ley, ni puede ir más allá de lo que regula una Ley Orgánica como es la Electoral.
En mi opinión, más práctica es la petición realizada por los populares para que se dote de más presencia policial a Correos, con el fin de evitar que se amedrente, controle, persiga o se intimide a quien ejerce el voto postal. Hay que tener en cuenta la proximidad de la sede de CpM que, a diario, despliega a sus miembros dentro, en torno y fuera de las mismas dependencias postales, y también el peligroso y claro discurso de los cepemistas, o al menos de muchos de sus seguidores, que vía redes sociales no se privan de tachar de traidores a los melillenses musulmanes afines o votantes del PP. Con tales circunstancias, no es de extrañar que exista miedo entre dichos electores a ejercer libremente su voto. De hecho, esto pueda explicar, entre otros factores, que Melilla, desde hace ya muchas convocatorias, tenga un porcentaje de voto por correo muy superior al de otras circunscripciones, pero nunca del 11,42 % como el registrado en las Generales del 2008, convocatoria objeto de la trama de la entonces coalición electoral entre socialistas y cepemistas.
Por tanto, en esto del voto por correo más que otra cosa lo que hay es mucho ruido mediático y campaña coordinada contra el Partido Popular, con el abierto apoyo de algunos sectores empresariales de la ciudad. Y si no, por qué tras hablar tanto CpM de pucherazo en las últimas Generales y de anunciar un sin fin de veces que iba a impugnarlas, finalmente no lo ha hecho.
Esta visto que el fin justifica los medios y que todo vale, empezando por emponzoñar las elecciones y de paso la imagen general que proyecta la ciudad.