El presidente de la Ciudad Autónoma, Eduardo de Castro, se ha despedido este viernes de la Asamblea deseando que el líder del PP, Juan José Imbroda, “no llegue” a la Presidencia de Melilla tras las elecciones del 28 de mayo próximo. Con esas palabras puso el punto final a una sesión plenaria en la que se celebró el último Debate sobre el Estado de la Ciudad de la legislatura, caracterizado por muchas miradas al pasado para responder a las valoraciones realizadas por el principal grupo de la oposición, que ostentó el gobierno entre los años 2000 y 2019. No obstante, la sesión se desenvolvió en un tono bastante sosegado aunque en ocasiones se salió del ámbito melillense, como ocurrió con la intervención de la vicepresidenta y consejera Glorias Rojas, que optó más por recurrir a argumentos de carácter nacional, como la ley trans por citar un ejemplo, para responder a las intervenciones de la oposición. De Castro reafirmó ante la Asamblea que no estará en las próximas elecciones y por ese motivo quiso aprovechar el plenario para decir adiós a la Asamblea agradeciendo a sus compañeros de Gobierno “la ayuda y el trabajo” desarrollado en estos casi cuatro años. “La ayuda porque los ataques han sido continuos y me daban dos semanas. Y ya ven, estoy terminando la legislatura”, comentó. El que fuera número uno de la candidatura de Ciudadanos en 2019 y hoy está expulsado del partido, pidió que la campaña electoral “no tenga muchos insultos”, además de desear “suerte a todos” y asegurar que se va igual que llegó. “Me iré como he venido y volveré a mi trabajo”, indicó para decir que espera “que Imbroda no sea presidente” y, en su caso, que lo sea otro miembro del PP ante las risas y las ironías de sus socios de Gobierno. “Sería bueno que el PP se renovara pero está visto que no”, concluyó sus palabras. Cada uno empleó una estrategia distinta a la hora de enfrentarse a este Pleno. El presidente De Castro optó por reseñar algunos de los logros conseguidos por las distintas consejerías, así como su propia área de gestión (tema Unión Europea y Seguridad Ciudadana); el PP eligió el modelo de discurso programático propio de un candidato a la Presidencia; Vox planteó una Melilla caótica afectada por la inseguridad ciudadana; el PSOE quiso presumir de las medidas adoptadas por el Gobierno nacional; y CpM eligió la relación de datos que vendrían a demostrar que la ciudad está mejor que hace cuatro años. El Pleno se prolongó por espacio de casi tres horas y se polarizó fundamentalmente en dos temas: el futuro de la ciudad universitaria y la situación económica con todo lo que conlleva de datos macroeconómicos de la ciudad y la aduana comercial. En ambos casos, el recurso de mirar hacia atrás y juzgar la actuación del otrora Gobierno del PP fue lo más recurrente hasta el punto de que la consejera de Hacienda, Comercio y Empleo, Dunia Almansouri, llegó a insinuar que ya en 2017 Imbroda sabía lo que Marruecos tenía preparado para la aduana al decir públicamente en una rueda de prensa que si se perdía ese comercio no habría problemas para Melilla, por cuanto que el Estado garantizaba la cuantía del IPSI y solo sufrirían las consecuencias los almacenes cercanos a la frontera. La visión que unos y otros tienen sobre el devenir de Melilla en estos últimos cuatro años difiere de forma radical. Para el PP y Vox la ciudad se desliza cuesta abajo económica y socialmente mientras que para PSOE y CpM todo va mucho mejor que antes de llegar ellos al Gobierno, aunque haya habido “errores y aciertos”. Hay que destacar, asimismo, que el debate se inició con un minuto de silencio en memoria de la última víctima de la violencia de género. Desde que se inició este 2023 ya han sido asesinadas 8 mujeres, 1.186 desde 2003.