Imbroda contestó una pregunta que iba a ser respondida por escrito tras un rifirrafe entre Almansouri y Rivas.
¿Es que los corderos que vienen de la península están malditos?”. Así respondió el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, a una de las preguntas que más revuelo levantó en el Pleno de ayer, hecha por CpM.
La prohibición del paso de borregos de Marruecos a Melilla lleva siendo un tema de actualidad desde hace varios meses. CpM volvió a ponerlo ayer en el candelero en la intervención más bronca del Pleno de Control. Fue la diputada cepemista y vicepresidenta segunda de la Asamblea, Dunia Almansouri, la encargada de plantear este asunto, en una de las preguntas de su formación. Era la segunda intervención de Almansouri, que justo antes había usado su turno de palabra para plantear una cuestión sobre la ex asesora de Presidencia, que el Ejecutivo decidió responder por escrito.
Fue en esta primera intervención, cuando comenzó la polémica. La vicepresidenta primera de la Asamblea, Cristina Rivas, pidió a la cepemista que se ciñera a la “literalidad” de la cuestión presentada por escrito previamente al Ejecutivo. Almansouri no entendió la petición de Rivas y cuando intervino por segunda vez, para preguntar por el paso de corderos, volvió a comenzar con una argumentación. La cepemista sabía que la intención del Gobierno era responder por escrito y que no tendría, por tanto, posibilidad de réplica, por lo que quiso aprovechar al máximo el tiempo disponible para dar cuenta de su visión del asunto.
Sin embargo, según la interpretación de Rivas del reglamento de la Asamblea, Almansouri no respetaba la normativa. “De vicepresidenta a vicrepresidenta, sabe que no lleva razón”, recriminó la cepemista a Rivas, que le advirtió de que si persistía con esa actitud la llamaría al orden, algo que sí hizo con el presidente de CpM, Mustafa Aberchán, que con el micrófono cerrado trató de salir en defensa de su compañera de bancada.
La cepemista terminó de realizar su exposición entre el murmullo de la sala y finalmente logró arrancar una respuesta al presidente de la Ciudad que, antes de hablar de los borregos, acusó a Almansouri de tratar de hacer un uso “torticero” de su turno de palabra a sabiendas de que la intención era responder por escrito.
Igual que en Albacete o Cuenca
“Nosotros vamos a respetar lo que diga el Gobierno. Aquí no somos distintos de Cuenca o Albacete”, aseveró Imbroda para continuar preguntando “¿es que los corderos que vienen la península están malditos?”
Imbroda logró con sus palabras crispar aún más un ambiente ya de por sí caldeado. Almansouri pidió que la normativa se adapte a la realidad de Melilla y recalcó que no se trataba de un asunto de religión. Pero al presidente no le convenció la intervención de la cepemista y lanzó una nueva cuestión a la bancada del principal partido de la oposición. “¿Por qué tanto apoyo a los corderos que vienen de Marruecos y tan poco a los que vienen de la península”, recalcó Imbroda, que lamentó que CpM estuviera tratando de transmitir a una parte de la ciudadanía que el PP no quiere que pasen corderos, cuando se trata de una cuestión sanitaria.
El asunto no quedó del todo zanjado y en posteriores preguntas volvió a hacerse referencia. Es más, en su siguiente participación Aberchán pidió a Rivas que “no se pusiera tan nerviosa” y permitiera a los diputados expresarse con libertad.