El nuevo incremento del paro en Melilla, hasta casi aproximarnos a un 25% de nuestra población activa sin empleo, exhibe con crudeza el mayor problema que sufre nuestra ciudad y que conecta con la necesidad de buscar alternativas económicas, complementadas por un programa de fuertes inversiones por parte del Estado. Sin embargo, la realidad es otra. Las partidas para Melilla en los Presupuestos Generales del Estado siguen reduciéndose en lo relativo a las inversiones: un 35% en los de este año respecto del anterior 2009, y un 18% más de cara a los PGE para 2011.
Melilla necesita de una política decidida que nos ayude a corregir el desfase que seguimos sufriendo en muchos órdenes, en gran medida fruto de la singularidad que impone nuestra ubicación geográfica y de la realidad de una población incorporada hace 25 años a la ciudadanía española pero a la que no se han aplicado suficientes políticas de discriminación positiva para corregir la mayor marginación que ha sufrido históricamente.
Reclamar más apoyo del Gobierno central no es por capricho sino en atención a lo que debe ser una apuesta por el futuro de nuestra tierra.