Decenas de bultos de hachís depositados en el puerto con el buque ‘Río Miño’ al fondo es la imagen que mejor representa el éxito de la última operación de la Guardia Civil contra el tráfico de estupefacientes en las proximidades de la costa melillense.
Trece toneladas de hachís, tres detenidos y una embarcación intervenida es el ‘premio’ al esfuerzo de la tripulación de este buque de la Benemérita destinado a la lucha contra el crimen organizado; un esfuerzo que ha contado con el apoyo de otros agentes del instituto armado y de miembros de las Fuerzas de Seguridad italianas.
Fruto de esta labor conjunta, el abordaje de la embarcación sospechosa ha resultado todo un éxito. Ahora falta ver si los agentes de la Benemérita consiguen avanzar por el entramado de la banda delictiva a la que pertenecen los detenidos para llegar hasta sus cabecillas. La labor silenciosa de la Guardia Civil contra el crimen organizado no termina con la exposición de los 13.000 kilos de hachís expuestos ayer en el puerto. Ni su inicio tampoco fue producto de la casualidad. Detrás de éxitos como éste hay horas de trabajo, de esfuerzo coordinado de muchos agentes, de preparación para ejecutar estas acciones... El resultado es el reconocimiento y la satisfacción general de la ciudadanía. Son unos sentimientos a los que se une la admiración por las arriesgadas acciones que son capaces de llevar a cabo estos guardias civiles. Tuvimos ocasión de ver un ejemplo de ello hace unos días. El pasado 12 de septiembre la Benemérita difundió un video en el que también miembros de la tripulación del ‘Río Miño’ abordaban a gran velocidad una embarcación deportiva que trataba de darse a la fuga mientras se deshacía del alijo de hachís que transportaba. En esa ocasión fueron 300 kilos, una cantidad que se suma a las continuas incautaciones de los agentes encargados del control e inspección de los vehículos que embarcan hacia la península, un trabajo al que hay que añadir el de los guardias destinados en los pasos fronterizos, los que patrullan la valla, los que vigilan desde las garitas repartidas por todo el perímetro, los que supervisan las embarcaciones que se aproximan a nuestra costa, los que controlan nuestras aguas... Su constante labor es silenciosa, por ello no siempre es reconocida como merece a pesar de que es fundamental para nuestra seguridad. Éxitos como el de ayer, con 13.000 kilos de hachís incautados, no sólo es un merecido ‘premio’ para la tripulación del ‘Río Miño’ sino que es la recompensa para el conjunto de los agentes de la Guardia Civil, que demasiadas veces se ven obligados a llevar a cabo su labor sin los medios necesarios en calidad y cantidad ni en las mejores condiciones. Esta última operación es una ocasión para felicitar a todos los agentes de la Benemérita, reconocer su trabajo y agradecer su esfuerzo, que no siempre es valorado ni recompensado como se merece.