Becerril recomienda al Gobierno que llegue a acuerdos con los países de origen de los inmigrantes.
La Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, recomendó ayer que el Gobierno español llegue a acuerdos con los países africanos de los que proceden los inmigrantes que saltan las vallas de Melilla y Ceuta como los que se hicieron en el año 2005 cuando la crisis de los cayucos que llegaban a Canarias.
En una conferencia en el Club Antares de Sevilla, Becerril dijo que el problema de la inmigración no se arregla “aunque subamos la valla seis metros”, y reconoció que esos acuerdos son difíciles porque algunos de los países afectados están en crisis y carecen de gobiernos.
La Defensora señaló además que los 10 millones que la Unión Europea ha destinado a España de urgencia para ampliar las medidas de seguridad y atender los centros de inmigrantes “no van a acabar con esa cuestión” porque los inmigrantes van a hacer “todos los esfuerzos humanos y físicos” para superar las vallas “y muchos lo van a lograr”.
Los inmigrantes cruzarán el desierto de Argelia y estarán un año en Marruecos antes de intentar saltar las vallas de Melilla o Ceuta, vaticinó Becerril tras indicar que lo que ocurre en las dos ciudades autónomas españolas incumbe a la UE porque son fronteras europeas y usan ambas localidades de paso y no como un fin.
Además, la Defensora apuntó que es “absolutamente inútil” abordar el problema de Melilla y Ceuta sólo como una cuestión relativa a las fronteras porque supone olvidar la visión humanitaria que requiere.
Por otra parte señaló que la abdicación del Rey Juan Carlos I y la proclamación de Felipe VI ha sido un proceso “muy correcto” y sirve de “ejemplo” para otros países y ha mostrado su deseo de que este “relevo natural y generacional” sea positivo para España.
Una solución salomónica con la crisis enfrente
La Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, no es la única que abogado por solucionar la presión migratoria que viven las ciudades de Melilla y Ceuta llegan a acuerdos económicos con los países de origen de los inmigrantes. El propio Gobierno reconoce que la solución pasa por incrementar los fondos de cooperación al desarrollo. Pero la crisis lo impide. Por eso, España aboga por conseguir que Europa asuma esa inversión, entre otras cosas porque las fronteras de Melilla y Ceuta son también sus fronteras. De momento la UE no se pronuncia.