Se han remozado todas sus paredes, arreglado jardines y parterres, mejorado el acceso para minusválidos y encalado su fachada conforme al diseño con que se inauguró hace más de cien años.
Los servicios Operativos de la Ciudad Autónoma, dependientes de la Consejería de Medio Ambiente y bajo la dirección del viceconsejero, Francisco Villena, han dejado el campo santo preparado para que la celebración hoy del Día de Todos los Santos no encuentre ningún tipo de obstáculos ni ‘peros’ en lo tocante al estado del cementerio.
Con sus fachada pintada en blanco y color albero, tal cual fue su primera imagen cuando su inauguración en 1892, el cementerio de la Purísima Concepción luce esplendoroso, con todas sus paredes encaladas, sus parterres renovados con flores de temporada y algunos nuevos detalles que, por ejemplo, harán más accesible su recorrido para los minusválidos.
Francisco Villena advierte no obstante que la labor de remozo y cuidado en el cementerio no es exclusiva de cara a la festividad de Todos los Santos y Día de los Fieles Difuntos. Desde hace ocho años, por decisión del Gobierno de la Ciudad que preside Juan José Imbroda, el mantenimiento del cementerio se ha convertido en una labor rutinaria y diaria. Atrás quedan otros tiempos en los que la denuncias de los ciudadanos servían de voz de alarma por el mal estado de tumbas y patios diversos.
Para la señalada fecha de hoy, no obstante, el esfuerzo ha sido mayor. Se ha renovado el hormigón de algunos patios que así lo necesitaban y se ha mejorado la rampa lateral de la fachada de acceso para minusválidos.
No ha podido llevarse a efecto un proyecto inmediato que posiblemente será realidad antes de final de año, cuando empiecen a llegar las nuevas escaleras metálicas que sustituirán a las de madera y mucho más pesadas que actualmente se usan para el acceso a las galerías de nichos. Supone aligerar la herramienta en casi 150 kilos de peso, lo que facilitará su uso a los melillenses y especialmente a las muchas personas de mayor edad que acuden con mayor asiduidad al campo santo.
No faltarán tampoco, como es habitual, los puestos de flores excepcionales que con motivo de la misma festividad se instalan a las puertas del campo santo.
El cementerio de Melilla, de la Purísima Concepción, se comenzó a construir en el año 1890 bajo la dirección del comandante de Ingenieros Eligio Souza y se inauguró dos años más tarde. Acogió como primer cadáver el del niño de cuatro meses Francisco López López, cuyo nicho perdura aunque bajo el nombre de algunos de sus familiares de generaciones posteriores.
Desde su inauguración en 1892 hasta hoy, en el Cementerio de la Purísima Concepción se han realizado casi 80.000 inhumaciones y en lo que va de año ya se han llevado a efecto 245 enterramientos y 60 incineraciones. Desde que en 2002 comenzó a funcionar el horno crematorio, se han realizado casi 400 incineraciones de cadáveres. El 90% queda en Melilla, en las urnas que se depositan en la zona de columbarios, mientras que el resto queda en posesión de los familiares de los finados.
Mañana, día de los Fieles Difuntos, la Ciudad Autónoma y la Comandancia General realizarán su tradicional ofrenda a melillenses destacados y personalidades insignes que se encuentran enterrados en nuestra ciudad, entre otros las víctimas de la rotura del depósito de Cabrerizas, del accidente aéreo de Tres Forcas, los alcaldes fallecidos desde la etapa de la República, últimos concejales igualmente enterrados en el campo santo y héroes anónimos. En todas sus tumbas se depositará una corona de flores, que este año también se pondrá en la del recientemente fallecido Enrique Remartínez Buera, que fuera consejero de Urbanismo y presidente de Emvismesa entre 1991-95.