“Los pilares de la protección ante los seísmos son una buena educación en todos los niveles de la población y el respeto de la norma sismorresistente”. Así lo expresaron el director técnico del Consorcio de Bomberos de Murcia, Antonio Bonillo, y el arquitecto y experto en ingeniería sísmica estructural, Patrick Murphy. Ambos fueron protagonistas de las VII Jornadas Técnicas de Gaselec Energía, denominada ‘Efectos de los Terremotos’.
Estos especialistas acudieron a Melilla para compartir su experiencia sobre prevención de riesgos en edificios, haciendo un análisis más específico de lo ocurrido en Melilla y de lo que podía haber pasado en el caso de haber registrado un temblor de mayor magnitud.
Según lo analizado sobre el terreno, “tan solo un porcentaje menor de los edificios melillenses ha resultado dañado por los terremetos”, según el arquitecto Patrick Murphy.
El analista estructural relató cómo la mayor parte de los inmuebles afectados tenían mucha vulnerabilidad sismorresistente y estaban levantados bajo la anterior norma constructiva. La mayor parte de ellos presentaban un conflicto de interacción entre los elementos estructurales y no estrcturales, algo parecido a lo observado en los edificios afectados por el terremoto de Lorca, estudiado también por ambos expertos.
Cambio de norma
Es precisamente esta poca precisión con los elementos no estructurales de las viviendas (petos, remates, elementos gráficos, etc) la que ha obligado a cambiar la norma sismorresistente de construcción, como reconoció a El Faro Emilio Carreño, director de la Red Sísmica Nacional del IGN.
Antonio Bonillo, que estuvo presente en el equipo de acción desplegado en Lorca tras el terremoto de 2011, consideró normal y necesaria esta renovación de la ley, pues los daños personales sufridos en esta localidad murciana estuvieron mayormente provocados por el desprendimiento de estos elementos constructivos.
Para controlar el cumplimiento de la norma, Murphy dice apostar por la “prevención antes que por el castigo”. Educar tanto a técnicos como a la población en todos sus niveles es algo “urgente y necesario”, pues es la mejor protección ante este tipo de catástrofes.
Mucho que aprender
Los expertos comentaron que en países como Japón están “a años luz” de nosotros en cuanto a prevención de riesgos. Pese a todo, los contextos son muy diferentes, pero ejemplificaron en Chile el caso de un país culturalmente muy similar al nuestro y que, sin embargo, tiene una formación en seguridad sísmica, tanto a nivel técnico como social, muy superior a la española. “Allí todo el mundo tiene muy claro qué hacer, tanto a la hora de construir un edificio, como a la de saber como comportarse en el caso que se reproduzca un temblor”, afirmaron.