El joven “reptaba” detrás de una jardinera, pero no vieron qué intenciones tenía. Llevaba una chaqueta azul y roja, la misma que portaba el primer detenido del crimen. El hombre y la mujer estaban sentados en un banco en actitud “cariñosa”.
En la tarde del pasado martes en la cuesta de la Alcazaba, poco antes de que tuviera lugar el trágico asesinato de la joven Hannan Outmane y Mohamed Ohadik, dos testigos que viajaban en su vehículo vieron a una pareja en actitud “cariñosa” en uno de los bancos de la zona ajardinada del paseo. Pero lo que más les llamó la atención es que detrás de la pareja había un joven de unos 20 años que les acechaba. Estaba “reptando” por una de las jardineras acercándose por la espalda a las dos personas que estaban sentadas en el banco. Poco más pudieron ver desde el vehículo en el que iban. Estos dos testigos dijeron desconocer qué sucedió después porque tenían prisa.
Estas dos personas indicaron a los agentes policiales que el joven que acechaba a la pareja llevaba una chaqueta de colores azul y rojo, según explicaron a El Faro fuentes cercanas a la investigación.
Esta prenda de vestir era similar a la que portaba el primer detenido del caso, el joven que fue hallado en las inmediaciones de lugar del crimen, que tenía manchas de sangre y cortes y se encontraba bajo los efectos del alcohol. Además, le constan antecedentes por violencia sexual. Por último, estos dos testigos no precisaron si la pareja que vieron en actitud “cariñosa” eran Hannan Outmane y Mohamed Ohadik. Hasta ahora, fuentes de la investigación, familiares y una amiga íntima de la fallecida indicaban que entre ambas víctimas únicamente existía una relación de amistad.
Éste es uno de los testimonios recogidos estos días por los investigadores del doble crimen de la Alcazaba que continúan las pesquisas para esclarecer quién perpetró el asesinato. Como ya informó El Faro ayer, la Policía Nacional está segura que el culpable es uno de los dos detenidos.
Los investigadores confían en poder determinar en breve quién fue el autor de la violenta muerte de la joven Hannan Outmane, de 19 años de edad y víctima de violencia de género, y Mohamed Ohadik, de 30 años de edad y cocinero de profesión.
Las posibilidades de culpabilidad continúan al 50% entre los dos detenidos. Los agentes analizan los indicios que señalan al joven que fue hallado en el lugar del crimen manchado de sangre y ebrio y los que apuntan al ex marido de la joven Outmane, condenado por violencia de género.
Las cámaras de Beni Enzar
El primero de ellos no ha confesado ni ha ofrecido una explicación de qué hacía en la cuesta de la Alcazaba el martes por la tarde ni el origen de la sangre y cortes que tenía en las manos. En principio sobre él, los investigadores tienen indicios de su posible implicación en el doble crimen, pero no el móvil del mismo.
Por otra parte, el marido, que fue localizado en Marruecos un día después del asesinato, podría tener motivos para haber perpetrado el asesinato, pero no hay pruebas contundentes que le impliquen directamente en los hechos. La Policía está analizando las grabaciones de distintas cámaras de seguridad para determinar si pudo estar en la zona de la Alcazaba en la tarde del martes y buscan pruebas en el coche del detenido, decomisado el día de la detención.
Fuentes cercanas a la investigación aseguraron a este diario, que las cámaras del paso fronterizo de Beni Enzar captaron la matrícula del coche del marido de Outmane a las 19:15 horas del martes en dirección salida a Marruecos.
Un día después, la Policía contactó con él por teléfono para informarle de lo sucedido. Los investigadores creen que el hecho de que hubiera un sospechoso a detenido, facilitó que el ex esposo volviera a la ciudad “confiado” en que las sospechas no se cernían sobre él.