Se conocieron ayer dos buenas noticias relacionadas con la Consejería de Cultura, Patrimonio Cultural y el Mayor que dirige Fadela Mohatar. La primera de ellas es que, después de muchas gestiones, esfuerzos y años de intento, por fin Melilla ha entrado a formar parte de la Red de Juderías de España. Se trata, sin duda, de un reconocimiento institucional, histórico y cultural al papel que la ciudad ha desempeñado a través de los siglos en el judaísmo sefardí.
Con esa adhesión al llamado "España–Caminos de Sefarad", Melilla se une al selecto grupo de municipios españoles que conservan, protegen y difunden el legado judío-sefardí como parte esencial de su identidad histórica y cultural. Y si bien es cierto que la consejera Mohatar ha desempeñado un gran papel en esta idea con una magnífica defensa de la candidatura melillense examinada hace unas semanas en Madrid, tampoco se puede olvidar la labor del presidente de la asociación Mem Gímel, Mordejay Guahnich, uno de los grandes impulsores también de esta iniciativa.
La segunda gran noticia es que Melilla pondrá en marcha una exposición internacional sobre el dramaturgo melillense Fernando Arrabal, un grande de nuestra literatura patria que este fin de semana fue objeto de un bonito homenaje en el teatro Kursaal que lleva su nombre.
La exposición, según explicó Mohatar, vendrá directamente desde París, lugar de residencia de Arrabal, y estará integrada por los denominados “poemas plásticos” del autor teatral. Lo que quiere el Gobierno es que esa muestra de tan impactante escritor pueda estar ser exhibida en Melilla entre marzo o abril de 2026, siempre antes o después de que haya transcurrido la Semana Santa.
Otra de las cuestiones que se plantea en este caso tiene un marcado tinte solidario. Se trata de subastar tres ejemplares, con quince reproducciones cada uno, correspondientes a las tres primeras obras de Fernando Arrabal. Se trata de piezas con más de setenta años de antigüedad, vinculadas a los inicios de su trayectoria creativa y que serían cedidas con ese objetivo de solidaridad a la Ciudad Autónoma.
Con esta actuación, el Gobierno pretende dar satisfacción al deseo del propio Fernando Arrabal, quien ha expresado su voluntad expresa de contribuir a Melilla mediante un proyecto con impacto social, poniendo su obra al servicio de causas de interés general. Sin duda, un enorme gesto por parte del más ilustre de los melillenses.
Y, por último, no se puede olvidar ni el interés de la propia Ciudad Autónoma por estrechar aún más su vinculación con Arrabal con la cesión, depósitos o fórmulas que se puedan estudiar a medio y largo plazo de las obras que considere. Lo bueno es que el dramaturgo no se ha cerrado a esa posibilidad sino que ha mostrado disposición a seguir de dialogando con ese objetivo.








