El mercadillo del Sepes ha vuelto a poner sus puestos este sábado. Cuenta con dos zonas de entrada y dos de salida, así como un recorrido con flechas verdes para andar en una sola dirección y recordatorios cada poco de que hay que guardar una distancia de seguridad de dos metros.
Hoy no era necesario estar pendiente de esta distancia. La gran mayoría del público y de los comerciantes llevaban su mascarilla y había mucha distancia entre los puestos. Algo que tampoco les ha gustado a todos, ni al público ni a los vendedores.
Pero a la alegría de volver a este espacio y tener contacto con los clientes, se suma la tristeza de ver que hay pocos puestos y que el espacio que se deja a los comerciantes es mínimo. Uno de ellos explicó a El Faro que su puesto contaba antes con seis metros y ahora, con este nuevo mercadillo, serán dos metros. Afirmó que es imposible exponer así la mercancía. Y aseveró que es necesario mostrar al público todo lo que tienes. Es la forma de vender en el mercadillo. Muestran todo lo que tienen en colores, tejidos y formas para que el cliente lo vea de un vistazo y luego se anime a pararse para comprar algo.
Este vendedor también mostró su descontento porque les han cambiado de ubicación y los clientes de siempre no saben dónde buscarlos. Hoy no era difícil localizarlos porque había unos 20 puestos y mucha distancia entre uno y otro. Pero se pregunta qué pasará cuando se sumen más comerciantes. Entiende las normas de seguridad, pero hay mucho espacio y cree que ampliar las zonas que inicialmente les han dado no tendría que ser un problema.
Y esa distancia, además, da lugar a un problema. No hay sombra en la que resguardarse y llega el verano. Antes, cuando los puestos estaban juntos, tenían grandes lonas entre los hierros y los techos de unos y otros. No hay esa opción ya, pero necesitan alguna idea para dar sombra. Las pocas palmeras que hay en la explanada no sirven, porque no dan mucha y ensucian la mercancía.
Aunque había clientes, la vuelta ha sido decepcionante para algunos vendedores porque han sido pocos los que han recorrido estos puestos. Esperan que en estos primeros días de verano los melillenses se animen y se den una vuelta por el mercadillo del Sepes.
Otro vendedor aseguró al periódico que se trata del mejor mercadillo hay en comparación con el de muchas ciudades porque hay todo tipo de puestos, buenos precios y calidad en las mercancías. Pero teme que el coronavirus, que les ha mantenido perdiendo dinero durante estos tres meses, siga ocasionando más daño a su economía familiar.
Este comerciante lanza una propuesta a la Ciudad: por qué no se usa el autobús circular que se ideó el año pasado en feria para los días que hay mercadillo y así facilitar que muchos melillenses puedan ir de sus barrios a esta zona a comprar.