Melilla vuelve a ser el escenario de otra operación antiterrorista, que se desarrolló la madrugada de este martes al parecer en la zona del barrio de los cuernos. Como consecuencia de la intervención fue detenido un individuo por su presunta relación con el terrorismo yihadista, según han señalado fuentes oficiales de la Jefatura Superior. Del detenido no han trascendido datos, si bien sí se ha confirmado que los agentes policiales, además, procedieron al registro de dos viviendas.
Es la segunda operación de estas características que se lleva a cabo en las ciudad en el último mes. Para llevarla a efecto, los agentes melillenses han contado con la participación de compañeros llegados desde Madrid, según ha señalado, por su parte, el diario "El Debate".
La actuación, añade "El Debate", ha sido descrita como "un esfuerzo coordinado entre las fuerzas de seguridad de ámbito nacional radicadas en Madrid y las destinadas en Melilla". Los agentes han trabajado juntos para llevar a cabo esta acción, por la amenaza del terrorismo en la región.
La última intervención antiterrorista en Melilla se produjo el pasado 22 de octubre. En esa ocasión, policías nacionales de Madrid con el apoyo de funcionarios radicados en la ciudad, detuvieron a dos presuntos yihadistas en puntos distintos de la ciudad, uno de ellos menor: un joven que aún no cumplido los 18 años de edad.
El joven fue puesto posteriormente liberado por orden del juez de la Audiencia Nacional José Luis Castro, que decidió imponerle tres meses de libertad vigilada tras haberlo investigado por un presunto delito de adoctrinamiento, en concreto en la vertiente que castiga a quienes lleven a cabo una actividad que "resulte idónea para incitar a incorporarse a una organización o grupo terrorista".
Este tipo penal está recogido en el artículo 577.2 del Código Penal, que también sanciona a "quienes faciliten adiestramiento o instrucción sobre la fabricación o uso de explosivos, armas de fuego u otras armas o sustancias nocivas o peligrosas", entre otros.
No obstante, según las fuentes, el juez considera que, subsidiariamente, los hechos podrían encajar en un presunto delito de adoctrinamiento recogido en el artículo 575.2 del Código Penal, dirigido a quienes accedan de manera habitual a contenidos que "estén dirigidos o resulten idóneos para incitar a la incorporación a una organización o grupo terrorista, o a colaborar con cualquiera de ellos o en sus fines".
El magistrado plantea asimismo la posibilidad de que los hechos encajaran subsidiariamente en un delito de enaltecimiento, añaden las fuentes.
En aquella operación del 22 de octubre se llevaron a cabo tres registros en varios puntos de Melilla, entre ellos una vivienda de la calle Álvaro de Bazán, en el Barrio Industrial, y un local de la calle Mar Chica, en el Barrio del Real.