En un mes. La Guardia Civil levantó ayer el campamento de unas 15 chabolas montado por inmigrantes sirios y malienses junto al campo de golf, que han diurado sólo un mes en pie. Efectivos del servicio municipal de limpieza retiraron ayer los restos de las tiendas rudimentarias.
El campamento de unas quince chabolas que inmigrantes sirios y malienses levantaron hace poco menos de un mes frente al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) y junto a la valla del campo de golf ya es historia.
Sobre las nueve de la mañana de ayer, la Guardia Civil desalojó la zona para que el servicio de limpieza municipal se ocupara de retirar las tiendas rudimentarias donde los inmigrantes se refugiaban durante el día para huir del hacinamiento del CETI, que actualmente aloja a más de 1.900 personas, casi cuatro veces su capacidad máxima.
Los trabajadores de la limpieza comentaron ayer a El Faro que en la zona encontraron muchas latas de cerveza, excrementos, orines y restos de comida. “Éste no era el mejor sitio para que las familias pasaran el día con los niños”, señaló un empleado de la empresa municipal a este periódico.
Las caras de los inmigrantes que encontraban tranquilidad en las chabolas montadas frente al CETI eran ayer la viva imagen de la desolación. Muchos incluso habían pagado algo de dinero a inmigrantes subsaharianos para que les ayudaran a montar las chabolas donde pasaban el día, aunque luegon regresaran al CETI para dormir. Sin embargo, los servicios de limpieza que ayer trabajaban en las labores de desmantelamiento del campamento chabolista aseguran que la Guardia Civil encontró a inmigrantes durmiendo en estas tiendas.
Entre los residentes del CETI se corrió la voz de que el campamento ha sido levantado a petición del campo de golf, que temía que una bola hiriera a un inmigrante al salirse del recinto. Un grupo de jóvenes del CETI consultado por El Faro ve poco probable que esto ocurra. “La gente que juega al golf es muy mayor”, señalaron a este periódico.
Contrario a lo que ocurrió con el poblado de chabolas del cerro de Palma Santa que, pese a las quejas de los vecinos de la zona, estuvo en pie en terrenos privados cerca de varios años, el de las inmediaciones del campo de golf apenas ha llegado al mes.