El jurado popular considera que el bebé nació vivo y Leila Escofet, Fatima Mohamed y Ángel Márquez ocultaron su existencia.
Después de nueve horas de deliberación, el jurado popular, formado por cinco mujeres y cuatro hombres, declaró culpables por mayoría a Leila Escofet (la parturienta), Fatima Mohamed (su madre) y Ángel Márquez (su padrastro) de un delito consumado de asesinato por la muerte del bebé hallado el Día de Navidad de 2012. El jurado popular se mostró a favor de que se suspenda la ejecución de la condena que finalmente se les imponga así como del indulto parcial de la misma. Sin embargo, fuentes jurídicas explicaron a El Faro, que no se podrá conceder la suspensión de la pena porque no se dan los requisitos legales para ello.
El portavoz del jurado popular dio lectura al veredicto pasadas las 01:00 horas de la madrugada de hoy viernes en la sala de la Audiencia Provincial.
El bebé nació vivo
Ocho de los nueve miembros del jurado encontraron culpables a los tres acusados del asesinato del bebé, de nombre María. Concluyeron, a tenor de las evidencias y los hechos que han quedado probados, que Leila Escofet dio a luz a un bebé de nueve meses que nació vivo, según los informes forenses y la declaración de los facultativos que participaron en la autopsia del cuerpo.
También consideran que ha quedado probado que la joven de 21 años ocultó la existencia del bebé a los sanitarios de emergencias que la atendieron en la vivienda familiar así como a los médicos en el Hospital Comarcal donde fue atendida por la fuerte hemorragia que sufrió tras el parto. Además, el jurado considera que, a tenor de la entrevista que mantuvo con el forense en el hospital, cuya grabación se escuchó en el juicio, Leila Escofet estaba “lúcida”.
Borró las pruebas
En relación a la madre de la parturienta, Fatima Mohamed, el jurado popular decidió un veredicto de culpabilidad pues considera que tras el parto, ocultó igualmente a los sanitarios de emergencias la existencia del bebé. El jurado popular destacó como elemento de convicción que Mohamed se quedó en casa limpiando el cuarto de baño, donde su hija dio a luz, borrando así las pruebas. Además, destacaron que la acusada, tras descubrir el cadáver del bebé, llamó primero a un abogado antes de acudir a la Policía o a los juzgados para denunciar el hallazgo.
No percibió el olor del cadáver
En cuanto al padrastro de Leila, Ángel Márquez, el jurado popular le declaró culpable al considerar que sabía que su hijastra estaba embarazada. El portavoz del jurado destacó la declaración de la doctora de emergencias que atendió la llamada del acusado y en la que afirmó que la paciente, es decir, Leila, estaba embarazada.
Después, mientras la ambulancia trasladaba a la joven al Hospital Comarcal, Márquez se quedó en casa con Mohamed, su pareja sentimental y madre de la parturienta, ocultando a los sanitarios la existencia del bebé y sin prestarle la atención que pudiera requerir el recién nacido. Además, en los días posteriores, mientras Leila y Fatima estaban en el hospital, Márquez durmió en la casa todas las noches. El jurado dijo no creer posible que habitando en la casa no percibiera el olor del cadáver del bebé, que ya empezó a descomponerse.
También coincide el jurado popular en destacar que, tras hallar el cuerpo sin vida del recién nacido, Márquez y su pareja Fatima Mohamed llamaron a un abogado antes de acudir a la Policía o al juzgado para denunciar el hallazgo.
Una vez finalizada la lectura del veredicto, el Ministerio Fiscal mantuvo su petición de condena para los tres acusados. En el caso de Leila Escofet y Fatima Mohamed, 20 años de prisión y para Ángel Márquez, 18 años. También reiteró la solicitud de una indemnización de 100.000 euros para el padre del bebé y manifestó su oposición a la suspensión de la ejecución de la pena a la que el jurado popular se mostró favorable.
Por su parte, la abogada defensora de Leila, Ana Hidalgo, únicamente intervino para comunicar su intención de recurrir la resolución del jurado popular y en el caso del letrado defensor de Fatima y Ángel, Mohamed Busian, solamente refirió: “Nada que decir”. Ello significa que mantiene su petición de absolución para sus clientes, según explicaron fuentes judiciales a El Faro.
Ahora, será el presidente de la Audiencia, José Luis Martín Tapia, el encargado de la redacción del veredicto de culpabilidad emitido por el jurado popular y de establecer la condena de prisión a los tres acusados. Ese dictamen podrá ser recurrido ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que la instancia inmediatamente superior a la Audiencia.
“Soy consciente de que no hice lo correcto. Dejo mi vida en sus manos”
“Sé que es un caso complicado. Soy consciente de que no hice lo correcto. Sé que no soy culpable porque no la quise matar. Dejo mi vida en sus manos”, afirmó Leila Escofet ante el jurado popular en la mañana de ayer antes de que éste se retirara a deliberar.
Pasaron más de nueve horas hasta que los acusados volvieran a la Audiencia para escuchar el veredicto, que resultó ser de culpabilidad para todos ellos. Una vez concluyó la lectura del mismo, Leila no pudo evitar emocionarse. Su madre, su padrastro y los abogados defensores intentaron consolarla, pero salió disparada de la sala, junto con los agentes de Policía Nacional que la custodian.
Durante toda la deliberación del jurado, Leila permaneció en los calabozos de las Torres del V Centenario. Su madre Fatima expresó su disgusto por el hecho de que por la noche dieran de cenar a los miembros del jurado y su hija únicamente pudiera comer el bocadillo que ella misma le llevó. “Me han llamado para que le trajera algo de comer”, afirmó Fatima Mohamed a los medios de comunicación presentes en los pasillos de la Audiencia.
Después de nueve horas de espera para escuchar el veredicto, la tensión era palpable. Amigos y familiares de los acusados que habían declarado o presenciado el juicio, también les acompañaron anoche.
Culpables
El jurado popular declara culpable de un delito de asesinato a Leila Escofet, Fatima Mohamed y Ángel Márquez por la muerte del bebé hallado en la Navidad de 2012. El jurado popular considera que el bebé nació vivo, los acusados ocultaron su existencia a los sanitarios evitando que recibiera asistencia, dejándo a la niña abandonada a su suerte envuelta en una toalla. La madre de la parturienta, además, borró las pruebas al limpiar el cuarto de baño donde ocurrió el parto y el padrastro conocía del embarazo porque así lo comunicó al 061 en su llamada a emergencias.