En realidad, la estrella del día es ‘el equilibrista’”, escribía ayer en twitter en el hilo de mi post de enlace a mi última ‘Diana’ el que fuera hasta abril de 2016 viceconsejero de Universidades, Ignacio Alonso, gracias a los pactos PP-PPL.
“La reacción de Cs ante la imputación a Almazán ejemplifica la distinta vara de medir de Eduardo de Castro, que sin duda no muestra la misma prevención a la hora de negociar con un partido, no ya investigado judicialmente sino, como CpM, con su principal líder condenado por comprar votos a cambio de promesas de trabajo en los planes públicos de empleo”
El exviceconsejero del Gobierno de la Ciudad se refería a José Luis Almazán, exdirector del Puerto de Melilla, que ayer volvía a ser noticia en la Prensa nacional con ocasión de las grabaciones desveladas y publicadas por la Cadena Ser respecto de la causa de la Audiencia Nacional que investiga el supuesto pago de comisiones a cargos públicos por parte de la constructora OHL.
En la grabación en cuestión, se dice, según lo recogido por numerosos medios nacionales y el propio audio divulgado por la citada emisora, que Almazán, al habla con Paulino Hernández, exdirector de Zona de Obra Civil de la constructora en cuestión, admite aprobar un modificado al alza de una obra en el puerto de Melilla a cambio de que se desvíen 400.000 euros para la campaña de las Europeas del Partido Popular.
La grabación, que la UCO encontró junto a 22 más, en un registro en la casa de Hernández, apodado el “Villarejo de OHL” por su querencia a grabar sus comprometidos acuerdos, data al parecer del año 2009.
La obra a la que se refieren esta relacionada con unos trabajos de calado en el Muelle Ribera II. Al menos, la Audiencia Nacional que instruye la investigación como una pieza separada del “caso Lezo” ya ha solicitado, según distintos rotativos, el expediente de la misma a la Autoridad Portuaria.
La grabación difundida por la SER no tiene desperdicio. Se contextualiza en una reunión ante un equipo técnico amplio, encargado de tratar el modificado al alza del coste del proyecto. Según se narra, en un momento dado Almazán pide quedarse a solas con Hernández y es entonces cuando le propone apoyar el modificado a cambio de que OHL aporte 400.000 euros para la campaña de las Europeas del Partido Popular.
El diálogo, más o menos, viene a ser el siguiente:
Almazán: “Para tirar por la calle del medio necesito dos cosas: darle un cierto gusto a mis jefes y tienes que contar con 400.000 euros para las europeas del PP. Yo soy un equilibrista, necesito darle cierto gusto a todo el mundo".
Hernández: "Pero no nos pasemos ya, José Luis, en el sentido de que has visto cómo están los números”.
Almazán: “Agilízalo para que no me estén dando más el coñazo", que “el modificado salga mañana para Madrid “ y "ya no discutas más".
A la Justicia le corresponde determinar la veracidad de la grabación, comprobar si efectivamente se desvió ese dinero y aclarar toda esta trama que indaga sobre un total de doce proyectos en distintos lugares y por los que la UCO sostiene que se pagaron hasta 38,6 millones en comisiones ilegales.
Por lo pronto, junto a Almazán se encuentran imputados otros cinco exfuncionarios o exdirectivos de organismos públicos, de distinto color político, principalmente de Coalición Canaria pero también de PP (caso de Almazán) y del PSOE.
Circunscrita la causa como pieza separada del ‘Caso Lezo’, imagínense cuanta más gente puede haber por medio, entre otros el empresario López Madrid, yerno del expresidente de OHL y ministro durante la transición, Juan Miguel Villa Mir, que además de acabar condenado por el uso de la tarjetas black de Bankia, se alzó en los Medios con el sobrenombre del “compiyogui” de la Reina Letizia por la historia de los sms que acabaron también filtrados a la Prensa.
Sin duda, José Luis Almazán está, hoy por hoy, en el centro de la historia negra y corrupta que tanto daño ha hecho a nuestras instituciones democráticas y a la clase política en general.
Pero periodísticamente hasta aquí podemos llegar. A la Justicia corresponde hacer su trabajo.
Lo que me cuesta creer es que, si se probara cuanto se dice, esa cantidad tan ingente de dinero fuera para una campaña electoral en Melilla, como algunos pretenden dar a entender. Sin duda, en todo caso estaríamos hablando de una financiación a otros niveles que, por supuesto, salpica al PP en general tanto como la causa anda salpicando ya a políticos de distintos partidos y a empresarios de máximo renombre en nuestro país.
Con esto no quiero ser yo la que juegue a los equilibrios ni restar importancia al asunto, pero tampoco entiendo que pueda convertirse en causa mayor para que De Castro condicione la revelación de la grabación a un posible pacto Cs-PP en Melilla. A la vista de su reacción, más que preocupado parece entusiasmado por haber encontrado un nuevo argumento en contra del Partido Popular de Melilla, del que aún no hay nada que indique su implicación en la fea causa.
Como decía ayer el Presidente Imbroda, no es posible tener tantas varas distintas de medir, porque si el cobro de comisiones ilegales a costa del dinero público es condenable y punible, tanto o más es jugar con el paro y la miseria de la gente para subvertir la democracia y comprar votos. Y hasta ahora, De Castro y Ciudadanos no parecen tener ante ello tantas prevenciones, a pesar de que en el asunto del mercadeo de votos no hablamos de investigación judicial en curso sino de condenas ya dictadas contra destacados dirigentes de CpM y PSOE, como es el caso de Mustafa Aberchán, pieza crucial para cualquier acuerdo a tres bandas de cara a formar un futuro Gobierno de la Ciudad.