Las organizaciones sindicales CSIF (Central Sindical Independiente y de Funcionarios) y UGT (Unión General de Trabajadores) han lanzado una grave denuncia pública contra el actual modelo de gestión del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) en Melilla, al que acusan de sembrar un clima laboral marcado por el miedo, la desconfianza, el autoritarismo y la falta de transparencia.
Según la nota de prensa difundida este miércoles, un año después de la llegada de Isabel Muñoz Machín a la dirección del Ingesa, los sindicatos aseguran que el cambio esperado en la gestión sanitaria de la ciudad no solo no ha llegado, sino que se ha producido un retroceso significativo en las condiciones laborales del personal.
Tanto la dirección del organismo en Madrid como el equipo que dirige INGESA en Melilla, al que califican como “masculino y rancio”, habrían instaurado una política orientada a la reducción de personal, la deshumanización de la asistencia sanitaria y la desmotivación sistemática de los trabajadores. Un modelo que, según la denuncia, ha sido implementado de forma unilateral, sin diálogo ni negociación con los representantes sindicales, vulnerando los principios básicos de la negociación colectiva.
“La gestión actual ha sembrado el miedo al despido e instaurado un clima de desconfianza que impide que los profesionales se expresen libremente y defiendan sus derechos”, recoge la nota.
Turnos impuestos y contratos opacos
Uno de los aspectos que más ha indignado a los sindicatos es la modificación de turnos laborales sin acuerdo con la representación sindical, una medida que tildan de “dictatorial y autoritaria”. A ello se suma la existencia de irregularidades en la renovación de contratos temporales por ejecución de programas, lo que en su opinión pone en evidencia una falta alarmante de transparencia.
Los sindicatos remarcan que estas prácticas afectan tanto al clima laboral como a la calidad asistencial: “Las decisiones unilaterales desmotivan, generan inestabilidad y reducen la eficiencia del sistema sanitario público”, denuncian.
Además, desde CSIF y UGT critican que los actuales responsables de Ingesa en Madrid, a pesar de encontrarse en Melilla estos días, no han encontrado tiempo para reunirse con la Junta de Personal ni con los sindicatos, ignorando los canales institucionales establecidos para el diálogo social.
Antecedentes de conflictividad
Este nuevo episodio se suma a una serie de denuncias previas. En septiembre de 2024, CSIF ya había alertado públicamente de “contrataciones a dedo” por parte de la dirección de INGESA en el Hospital Comarcal de Melilla, sin respetar los principios de mérito y capacidad. Posteriormente, en octubre, UGT denunció la falta de transparencia en los procesos de contratación temporal, señalando que muchos nombramientos se efectuaban sin seguir los procedimientos reglados.
Estos antecedentes, unidos al nuevo comunicado conjunto, evidencian una creciente conflictividad laboral en el ámbito sanitario público de la ciudad, donde los sindicatos denuncian una pérdida progresiva de derechos y garantías laborales.
Intervención institucional
Ante esta situación, CSIF y UGT han anunciado que trasladarán sus quejas a la Delegación del Gobierno, y no descartan tomar “todas las medidas necesarias” para garantizar que el personal del INGESA recupere el respeto y la dignidad profesional. “Nos hemos visto obligados a alzar la voz ante un equipo de dirección que ha olvidado que está al servicio de los ciudadanos y no por encima de ellos”, concluyen.
Ambas organizaciones piden una intervención urgente y una revisión profunda de las políticas internas del organismo sanitario para frenar lo que consideran una deriva autoritaria y deshumanizadora. Aseguran que la hegemonía de la imposición y el desprecio por la negociación colectiva está socavando los cimientos de una sanidad pública de calidad y poniendo en riesgo la estabilidad emocional y profesional de su plantilla.