Mustafa Aberchán recalca que llevan sin tocarse desde que reventaron en el año 1997.
El principal grupo de la oposición, Coalición por Melilla (CpM) quiere darle un nuevo uso a los antiguos depósitos de agua de Cabrerizas, uno de los cuales reventó en noviembre del año 1997, liberando una tromba de 25.000 metros cúbicos que causó nueve muertos y más de cuarenta heridos. El líder de los cepemistas, Mustafa Aberchán, señaló ayer a los medios de comunicación que la infraestructura que provocó esta tragedia continúa intacta 17 años después. De hecho, desde la carretera en dirección a Rostrogordo se puede ver claramente el depósito destruido y la zona por la que el agua bajó hasta las calles del Rastro y del centro de la ciudad.
Así pues, el presidente de CpM anunció en la jornada de ayer que su formación política planteará al Gobierno local un proyecto para derruir la estructura de los depósitos, que por su deterioro no es aprovechable, y construir en esos 10.000 metros cuadrados de terreno un centro destinado a la juventud melillense. Para Aberchán, se trata de quitar la connotación negativa de un hecho pasado para sustituirla por una actuación positiva de presente.
En este sentido, insistió en que 17 años después de la tragedia aún permanece en lo alto de Cabrerizas el “esqueleto” de la infraestructura. Por ello, abogó por echar abajo los depósitos y potenciar la construcción de un centro juvenil para ocio y formación.
Para los jóvenes
Aberchán apuntó que este sector de la población melillense no cuenta en la actualidad con ningún espacio que presente las características del proyecto que defiende su formación. El partido no baraja ninguna cifra presupuestaria para la ejecución de la obra, aunque el cepemista aseguró que tendría un “coste viable” que podría ser sufragado con fondos procedentes de la Unión Europea (UE). Aunque un detalle como la cuantía económica es una incógnita, el cepemista tiene claro cómo debería llamarse el centro: Averrores.
“No se ha buscado ninguna utilidad a esos terrenos”, abundó Aberchán. “Hemos pensando en un proyecto ambicioso y que beneficiará a los jóvenes de la ciudad autónoma. Podrá acoger una superficie de encuentro con actividades sociales, formativas y culturales. Sería una nueva fuente productiva para Melilla”, defendió.