No faltaron las críticas de tipo político ni los discursos más hueros y repletos de buenas palabras que de esencia y compromiso entre quienes ayer, tras el acto de la Constitución, comparecieron ante la Prensa. Caso de Aberchán y el delegado del Gobierno, porque Muñoz no quiso hacerlo. En cambio, sí hubo un compromiso firme, sin paliativos, por parte del presidente Imbroda, que analizó la situación de España, de sus autonomías, de nuestra ciudad frente a Marruecos y también la casuística concreta del melillense con nacionalidad belga Alí Aarras, que el Gobierno Zapatero quiere extraditar a Marruecos.
Imbroda, claramente, pidió, en su alocución oficial, la puesta en libertad del melillense. Fue más allá de lo que ha venido diciendo hasta ahora, cuando sólo ha solicitado que no se le extradite.
Su declaración no fue suficiente sin embargo para el líder de CpM, que prefiere seguir con sus reproches y que habla de defensa interesada de Alí Aarras. Visto cómo se suceden las distintas posturas y su alianza con el mismo partido que pretende extraditar a Aarras, habría que preguntarse por parte de quién se suscita ese interés y en qué sentido.