Nervios e incertidumbre al principio; lágrimas y sonrisas al final. La Asamblea de Melilla vivió ayer una jornada inolvidable e histórica: la sesión de investidura tras las elecciones locales del pasado 26 de mayo será de las que se recuerden siempre al haberse materializado el cambio en la Presidencia de la Ciudad tras casi veinte años de Juan José Imbroda en el Gobierno.
Al ya expresidente le sucede Eduardo de Castro. Coordinador de Ciudadanos en Melilla y portavoz de su formación en la anterior legislatura, él es el único diputado naranja para el nuevo periodo político. Su papel se antojaba determinante desde la misma noche electoral, pues estaba llamado a decantar la balanza del lado de PP y Vox o del de CpM y PSOE.
De presidenciable a presidente
Al final, tan determinante fue que no solo provocó “el cambio” que reclamaba la oposición al anterior Ejecutivo, sino que ayer, pasado el mediodía, salió de la Asamblea convertido en el nuevo presidente de Melilla.
Había llegado al Salón Dorado con un gesto serio que no abandonó durante toda la sesión. Ni siquiera al final, cuando ya era el máximo dirigente de la Ciudad.
En ese momento, los allegados del dirigente de Cs, tanto personales como en el partido, trataban de relajarse entre las cuatro paredes que acababan de ser testigos del traspaso del poder de mando melillense.
Gritos de “traidor”
Las circunstancias que se habían vivido en las semanas y días previos provocaron que los más felices, aparentemente, fueran los diputados y afines de CpM y el PSOE: ellos sonreían y se felicitaban mientras Eduardo de Castro intentaba asimilar el vuelco que él, y solo él, había provocado. Contra casi todo pronóstico; en contra, incluso, de Ciudadanos en Madrid.
Previsiblemente, el peor recuerdo de su investidura será que la votación y su asunción del cargo se produjo entre gritos de “traidor”, que, confirmada su candidatura, se escucharon en el Salón Dorado cada vez que alguien pronunciaba su nombre para otorgarle el voto.
“Pasamos a la historia”
Tras algunas felicitaciones atendía a la prensa: las primeras palabras públicas de De Castro como presidente fueron de agradecimiento. A los afiliados de Ciudadanos, a su equipo… y a Gloria Rojas y a Mustafa Aberchán como representantes de los dos partidos que apoyaron su investidura, expresó. También dio las gracias “al pueblo de Melilla; a los que me han votado, a los que no me han votado, a los que me han aplaudido y a los que me han insultado”.
Justo después, Eduardo de Castro sonó por primera vez a presidente: “A partir de ahora, el Gobierno que va a encabezar este presidente va a ser un Gobierno absolutamente para todos los melillenses, para todos los españoles de Melilla. Un Gobierno, por fin, inclusivo”.
A partir de ahí, y visiblemente abrumado, se mostró consciente del paso dado, si bien se puso a disposición de la ciudad y pidió la colaboración de todos: “Pasamos a la historia y yo, desde luego, no voy a perder la oportunidad de hacer el papel que se me ha encomendado. Evidentemente, necesito la concurrencia y la ayuda de los demás partidos políticos, de los demás agentes sociales y del resto de los ciudadanos”.
El nuevo presidente defendió su decisión, que fue “muy pensada”. “Han llegado por todos los sitios, de todos los partidos, incluido el Partido Popular, ánimos para que siguiera adelante. Para acabar con un Gobierno que lleva 20 años y que lamentablemente es muy triste cómo han salido”, dijo, y rechazó las acusaciones de traición porque su persona “representa a un montón de votos” y “porque, entre otras cosas, no soy del Partido Popular”.
De Castro, que se presentó a la investidura sin haber negociado previamente la composición del Gobierno, explicó a los periodistas que empezaría a trabajar en el nuevo Ejecutivo en las próximas horas.
Al final, Eduardo de Castro, que siempre mantuvo que nunca haría presidente a Juan José Imbroda o Mustafa Aberchán, cumplió su compromiso.
Nunca más personjes como Imbroda, sectarios que solo han gobernado para la mitad de los melillenses, ahora tenéis una gran responsabilidad que, es preparar a esta sociedad para que no los engañe ningun golfo más, para que quepamos todos y empujemos todos en una sola dirección, la direccion de la igualdad, la justicia y el bienestar de todos, repito, bienestar de todos los melillenses.
Pues va a ser que no, viendo las candidaturas a lo largo de los años, hay un partido que si se presenta para una sola parte de la población de Melilla y NO, No es precisamente el PP.
El Sr. Imbroda ha gobernado durante casi 20 años y ha demostrado con creces de lo que es capaz. Los otros aún no han gobernado ni un día, habrá que esperar un poquito. Por algún motivo tuvieron que hacer sus propias candidaturas, de eso hay mucho que hablar y a buen entendedor con pocas palabras bastan.