Acceder a una vivienda en propiedad continúa siendo uno de los principales desafíos económicos para los hogares melillenses. De acuerdo con un estudio publicado por Idealista y difundido por Revista Poble, los melillenses necesitarían ahorrar alrededor de 44.000 euros para hacer frente al pago inicial de una vivienda, lo que representa más de tres años y medio de ingresos íntegros para una familia media en la ciudad.
El informe ha calculado cuántos metros cuadrados puede adquirir una familia española con ingresos medios si destinase un año completo de su salario a la compra de una vivienda. En Melilla, la cifra asciende apenas a 21 metros cuadrados, muy lejos del tamaño habitual de una vivienda tipo, lo que obliga a prolongar el ahorro durante años o a depender de financiación hipotecaria con cuotas elevadas.
Según el estudio, una familia media española solo podría permitirse afrontar la hipoteca del 51% de las viviendas actualmente disponibles en el mercado nacional, tomando como referencia un esfuerzo financiero razonable del 30% de los ingresos destinados al pago mensual.
Este indicador, conocido como “esfuerzo hipotecario”, supera con creces el umbral recomendado por los organismos financieros internacionales en muchas ciudades del país, incluida Melilla. En la ciudad autónoma, el esfuerzo hipotecario medio ya alcanza o supera el 35%, lo que significa que muchas familias deben recortar otros gastos básicos para poder hacer frente a la compra de un piso.
Aunque el precio del metro cuadrado en Melilla no es de los más elevados de España, el menor poder adquisitivo de la población condiciona gravemente la accesibilidad. Así, mientras que en San Sebastián una familia media solo podría comprar 8 metros cuadrados con sus ingresos anuales, en Melilla apenas se llega a 21 metros cuadrados, cifra que se comparte con provincias como Huelva, Córdoba o Ourense.
En el otro extremo, ciudades como Jaén, Ciudad Real o Lleida permiten adquirir entre 27 y 28 metros cuadrados con el mismo esfuerzo, lo que revela una brecha territorial importante en el acceso a la vivienda.
Otro dato relevante del estudio señala que, para poder acceder a una vivienda media sin sobrepasar el esfuerzo hipotecario recomendado, una familia en España debería tener ingresos superiores a los 38.000 euros anuales. Esta cifra es superior a la media registrada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), especialmente en Melilla, donde muchos hogares se sitúan por debajo de ese umbral.
Con estos ingresos, apenas el 51% del parque inmobiliario actual resultaría accesible. Las zonas más complicadas son, según Idealista, las grandes capitales: Madrid, Barcelona, Palma o Málaga, donde el acceso a la vivienda está cada vez más restringido a rentas altas o familias con patrimonio previo.
Tal y como informó recientemente El Faro de Melilla, los barrios de El Industrial y El Real figuran como los más caros de la ciudad, lo que acentúa la desigualdad dentro del propio territorio. Estos barrios concentran gran parte de la oferta nueva y reformada, lo que empuja los precios por encima de la media local.
Por otro lado, la escasez de vivienda pública y la falta de programas de alquiler asequible agravan la situación de los hogares con menores recursos, que encuentran serias dificultades tanto para acceder a la compra como al arrendamiento.
El análisis de Idealista, respaldado por los datos del INE, pone sobre la mesa una realidad que se repite en muchas zonas del país y que en Melilla adquiere características propias. Con un ahorro exigido de casi 44.000 euros y una capacidad de compra muy limitada por ingresos, muchas familias ven cómo la vivienda en propiedad se convierte en un horizonte cada vez más lejano.
La necesidad de políticas públicas que alivien la carga financiera, impulsen la promoción de viviendas asequibles y apoyen a los colectivos más vulnerables sigue siendo, en este contexto, un asunto urgente para el conjunto de la ciudadanía.