Un agente de la Benemérita que se encuentra fuera de servicio camina por la inmediaciones del Paseo Marítimo. Observa que un individuo golpea a una joven. El agresor le ha propinado dos fuertes golpes en la cara, la mujer está tirada en el suelo, sangra abundantemente por la boca y tiene un diente fracturado. Sus principios, su condición de ciudadano y su obligación como agente del orden empujan al guardia civil a actuar de forma instintiva. Lo hace sólo. Sin ayuda de otros viandantes que también han visto la escena y permanecen en una cómoda y cobarde actitud pasiva. Necesita que otros agentes acudan en su ayuda para trasladar al agresor a dependencias policiales. No tiene móvil y pide a los curiosos que telefoneen a la Policía Local, la Policía Nacional o Guardia Civil. Nadie lo hace; no puede esperar ninguna ayuda de los curiosos. En ese momento, una patrulla de la Policía Local aparece de manera providencial y el agresor es detenido.
El guardia civil que acudió en ayuda de la mujer no es más que un hombre que cumplió con sus obligaciones como ciudadano y como agente. Y, sin embargo, ha quedado merecidamente elevado a la condición de héroe por la actitud cobarde de quienes contemplaban la agresión sin mover un solo dedo para socorrer a la víctima.
Hoy se celebra el Día Internacional de la Mujer. Probablemente, para ese agente de la Benemérita sólo sea una jornada más porque no necesita eslóganes, declaraciones ni discursos que le convenzan de principios por los que ya está dispuesto a ponerse en riesgo a sí mismo. Tampoco será un día importante para el individuo que agredió brutalmente a la joven, ni para los que asistieron impasibles a la escena. En cambio, sí es una fecha importante para los ciudadanos que defendemos que no puede haber ningún tipo de discriminación por razón de sexo, que admiramos comportamientos como el de este guardia civil que estaba fuera de servicio y que nos avergonzamos de los agresores y de quienes contemplan las injusticias sin mover un dedo ni por las víctimas ni por esos héroes anónimos que están entre nosotros.