En lo que llevamos de año, la llegada de inmigrantes irregulares por vía marítima a Melilla ha caído un ocho por ciento, en comparación con los nueve primeros meses de 2018. Si el año pasado por estas fechas ya eran 524 las personas que habían arribado a nuestra ciudad, en 2019 son 482.
Se trata de un descenso reseñable, pero menor del que veníamos registrando en los anteriores informes del Ministerio del Interior.
La llegada de dos pateras en los últimos días, una con 60 pasajeros a bordo y otra con 72, ha disparado la estadística que veníamos viendo en lo que va de año.
Ambas embarcaciones recalaron en las islas Chafarinas y desde allí fueron trasladadas a Melillas por Salvamento marítimo.
También se ha registrado una aumento de personas que cruzan la frontera por vía terrestre. Según los últimos datos la cifra ha bajado un 2 por ciento en 2018, lo que significa que estamos casi en los mismos niveles que en 2019.
Los datos indican que las cifras de llegada de inmigrantes irregulares van acercándose a las del pasado año, a pesar de que hasta ahora se había producido un notable descenso.
Melilla sigue soportando una importante presión migratoria, que se traduce en la saturación del centro de acogida y en el esfuerzo extraordinario de los responsables de rescatar y acoger a los inmigrantes.
La diferencia con los datos de 2018 ahora mismo son mínimas y el problema persiste, como si a nadie le importara dar una solución.