El director de cine Dris Deiback presenta en el Festival de Málaga un documental sobre un escritor marroquí que nunca tuvo pelos en la lengua y que siempre se mostró sincero.
El director de cine Driss Deiback muestra su entusiasmo e incredulidad porque su documental ‘Choukri, un hombre sincero’ esté dentro del Festival de Cine de Málaga que comienza hoy. Afirma a El Faro que se han presentado a esta iniciativa unos 600 documentales. “No sé cómo ha podido pasar porque tiene 47 minutos y no cuenta con la duración mínima que exigen”. Será el 29 de este mes a las 17:00 horas en el Teatro Echegaray cuando se estrene.
Deiback recoge la vida de Mohamed Choukri, un escritor que nació a pocos kilómetros de Melilla. Este autor dedicó sus libros a narrar de forma directa y sin tapujos episodios de prostitución infantil, pedofilia y homosexualidad, así como experiencias con drogas y alcohol. Entre sus obras están ‘Tiempo de errores’ y ‘Rostros, amores, maldiciones’.
–¿Quién es para usted el escritor Mohamed Choukri?
–Para mí Choukri es lo que los americanos llaman un ‘rol model’, es decir, una persona a la que la juventud de todo el mundo debería admirar. Digo esto porque fue un hombre valiente, además de un gran escritor, cuyas obras están traducidas en más de 30 idiomas. Es curioso que, a pesar de estar traducido al árabe, sus libros estén prohibidos en todos los países con esta lengua, a excepción de Marruecos. El país vecino tiene ahora un dinámica tolerante y Choukri es ‘legal’ en su país. ¿Quién fue? Nació muy cerca de Melilla, a unos diez kilómetros en Beni Chiker. Hablaba un castellano perfecto y era un gran admirador del Siglo de Oro. Estuvo a punto de escribir en castellano y fue una lástima que no lo hiciera porque, en términos futbolístico, hubiera sido un gran fichaje. El padre de este escritor era un soldado bastante borrachín y desertó. Tras la Guerra Civil española, los alimentos escaseaban y la familia se marchó a Tánger. Este niño era vivía en la calle y en los cementerios. Era muy guapito y atractivo. Pero sobre todo, Choukri era un hombre sincero y por eso elegí este término para el título del documental.
–¿Era su mejor virtud?
–Era muy difícil ser sincero, ser tu mismo, en una sociedad teocrática y en un país musulmán, controlado por la religión. La gente ocultaba quien era, pero Choukri no. El bebía, comía en Ramadán ... Pero estaba dotado de una gran sensibilidad, algo que le hacía sufrir mucho, y una extraordinaria inteligencia. Con 20 años entró en una escuela de Primaria y le aseguró al maestro que no se iba a levantar de la silla mientras que no aprendiera a escribir y leer porque estaba en el Tánger internacional donde las revistas en diferentes idiomas se encontraban por todos lados. Y así empieza la segunda parte de la vida de este autor. Aprendió a leer y a escribir. Se hizo maestro, pero no le convenció. También trabajó en una Biblioteca y por las tardes se dedicaba a sus borracheras.
–¿Tuvo muchos problemas por mostrase cómo era?
–Sí. No hacía Ramadán y le detuvieron en varias ocasiones. Incluso algún fundamentalista llegó a ir tras él. Pero nunca dejó de ser un librepensador. Fue una isla en ese mundo. Por eso, y vuelvo al principio, digo que es un ‘rol model’. Con la que está cayendo, fue un valiente y dijo lo que dijo en un Marruecos que no es el de hoy en día. En los 70 y en los 80 se mantuvo siempre en sus ideas.
–¿Cómo conoció al escritor?
–Mi formación es más literaria que cinematográfica. Yo escribo mis guiones. Cuando llegué a París en el 1982, que era un chaval, me enteré de que había un programa de literatura en el que mostraron sus libros y ahí comencé a leer sus obras. Pero el proyecto del documental surgió hace un año y medio hablando con Mustafa Akalay, profesor de universidad. Él fue amigo de Choukri. En aquel momento se había cancelado el curso de cine con Promesa y estaba un poco náufrago. Mustafa me propuso ir a Tánger y ver qué surgía allí sobre este escritor. Como estaba aburrido y acababa de comprarme un Mercedes, que es ideal para viajar, nos fuimos. Allí comentó todo. No obtuve ninguna subvención de la Ciudad, aunque nos habían prometido algo cuando en el Instituto de las Culturas estaba Fadela Mohartar. Pero por fortuna una universidad americana se enteró del proyecto y ha colaborado. Fue un contrato muy sencillo con el que nos dieron el dinero para acabar el documental y montarlo. Ellos tienen el derecho de distribución en Estados Unidos, aunque aún tenemos que trabajar en su versión en inglés. La de francés irá al Festival de Nador. Pero el 90% de los que intervienen en el documental hablan en castellano y al estar producida en España puede estar en el Festival de Cine de Málaga.
–¿El documental surgió poco a poco o llevaba un guión sobre los temas que quería recoger?
–La pregunta tiene enjundia. Son dos mundos muy diferentes hacer una película de ficción y un documental. En el documental se va por libre. Sólo hay unas tres páginas porque la idea está bien armada en mi cabeza. El guión se termina de confeccionar en el montaje. Tengo que ir viendo qué me lleva de un personaje a otro, porque yo hago un montaje de documental muy complicado en el que no hay voz en off, sino que los personajes van contando la historia. A veces hay un hueco y el hilo no coge coherencia. Mi ley es que quien hable tiene que verse.
–¿Qué personas salen en este documental?
–Hay intelectuales marroquíes y españoles. Entre ellos está una directora de cine, al director de la Universidad Americana de Tánger y varios escritores, así como la traductora de su obra. Todo lo que dicen ellos se mezcla con fotografías de la vida de Choukri.
–¿Fue posible grabar en la zona donde nació y donde vivió?
–Sí claro. Está el recorrido que más o menos el hizo en su vida real. El documental trasciende la literatura, porque hay una reflexión sobre qué significa la libertad de expresión, qué es ser tú, qué implica pensar como deseas y sus consecuencias para los artistas. No me interesa hacer un documental sobre un personaje en el que sólo se explique su vida, sino que también incorpora una reflexión.
–¿Hay alguna anécdota de la vida del escritos más llamativa?
–Era un hombre con bigote, extrovertido y viril. Algunas personas aseguran que vivió momentos de tristeza y que le vieron llorar porque era un hombre muy sensible. Hizo una defensa de las prostitutas en sus libros. Las frecuentaba mucho, pero también las admiraba, aunque algunas feministas no lo han entendido. Fue un hombre que no quiso casarse ni tener hijos. Temía no estar a la altura de ser un buen padre porque estaba traumatizado por su infancia y su padre que fue un bruto que le maltrataba. Este escritor comenzó a vivir desahogado en los últimos diez años de su vida. Un cáncer lo mató. Su historia es compleja. Al principio su obra se prohibió en Marruecos, aunque en los últimos años de su vida consiguió que sus libros fueran legales. De hecho, el Rey de Marruecos le pagó su estancia en el Hospital de Rabat. También le hicieron un entierro oficial con presencia de ministros Primero te machacan y cuando te mueres te alaban.
–Decía que puede ser un buen ejemplo para los jóvenes...
–Es un ejemplo para la tolerancia, la libertad de expresión, para respetar la diferencia del otro ya sea sexual, filosófica, política o gastronómica. No somos nadie para dictar al otro lo que tiene que hacer o cómo vivir su vida. El ser humano es muy complejo, diverso y nadie tiene que mandar sobre nadie. Ésta era su filosofía y es lo que el documental refleja. Él era un canto a la libertad.