Los resultados no arrojan claridad a una clasificación que cada vez se comprime.
Cuando tan sólo quedan tres jornadas para que la fase regular acabe, todo está aún por decidir. La clasificación está cada vez más comprimida tanto por arriba como por abajo. De hecho, aún no se sabe qué equipo acompañará a Real Murcia, UCAM y Sevilla Atlético en las eliminatorias de ascenso a la Liga Adelante. El Cádiz sigue siendo el favorito, pero las sensaciones que está transmitiendo en el último tramo liguero no invitan al optimismo. El dicho de “a entrenador nuevo, victoria segura” no se cumplió en el banquillo gaditano. Un punto de quince posibles es el bagaje de los del Ramón de Carranza, que ven cómo La Hoya Lorca se les acerca de manera peligrosa. La UD Almería B es ya equipo de Tercera División. El filial rojiblanco pone fin a un ciclo de seis temporadas consecutivas compitiendo en la división de bronce del fútbol español. La derrota en su visita al Municipal de La Línea condena al equipo almeriense al pozo de la Tercera del que tanto le costó salir. El resto de la parte baja de la tabla y hasta mitad de la misma no puede permitirse un descuido.
La UD Melilla solventó de manera exitosa un partido complicado ante un buen rival como es el Real Jaén, al que la situación extra deportiva le está pasando factura. El equipo que dirige Carlos Granero lo dio todo en el campo para sumar tres puntos vitales de cara a permanecer un año más en la categoría. El choque resultó tenso e intenso. Parecía que había cuentas pendientes por saldar. Los azulinos se jugaban buena parte de su futuro en el envite y así lo afrontaron, con el cuchillo entre los dientes. Se midió a un rival con buenas hechuras, que fue metiéndose en el partido más por los piques individuales que por la propuesta que puso en escena.
Gonzalo Arconada dejó a buena parte de su artillería en el banquillo y la jugada le salió mal. Quiso escudarse en una acción puntual del partido para excusar una derrota merecida por su falta de ambición. Porque cuando quiso, no pudo. Aún así, el cuadro del Santo Reino dejó impronta de buen equipo a pesar de que, como asegura su propio técnico, no compite al mismo nivel que hace tres meses.
La magnífica segunda vuelta que está completando la escuadra melillense no pasa desapercibida para nadie. A pesar de ello, la permanencia no está garantizada y eso hace que la temporada se le esté haciendo excesivamente larga. Cada partido es una final y eso agota tanto física como mentalmente. Los daños colaterales de cada partido también están ahí, y eso merma poco a poco a un grupo humano que con el paso del tiempo ha ido creciendo en todos los aspectos.
El Melilla afrontará el domingo que viene otro partido decisivo ante el Recreativo. El primer bono extra de los tres que tiene para asegurar la permanencia. El duelo entre Decanos es uno de los encuentros más atractivos de una jornada en la que habrá otros enfrentamientos a cara de perro como el Jumilla-Cádiz y, sobre todo, el Algeciras-Villanovense.