Apenas hay residentes viviendo en las tiendas de campaña en estos momentos
Casi la totalidad de las aulas del CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes) se ha convertido en dormitorios en los últimos meses. El incremento de inmigrantes acogidos en el centro ha obligado a los responsables de las instalaciones a adaptarse a las circunstancias. A la espera de que se apruebe el proyecto de ampliación, anunciado hace unas semanas por el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, en el centro agudizan el ingenio para que los residentes estén lo más cómodos posible, dentro de las limitaciones. Según fuentes internas del centro, actualmente hay unas 2.000 personas viviendo en unas instalaciones preparadas para acoger a un máximo de 480.
La misma fuente indicó que el proyecto de ampliación, del que aún no se ha dado ningún detalle, está ya “muy avanzado” y podría estar terminado en las próximas semanas. “Los que más sufren este hacinamiento son los inmigrantes, que tienen que hacer largas colas para todo, por eso es importante que la obra se haga cuanto antes”, indicó.
Hay que recordar, que además de cambiar el uso de algunos espacios del centro, desde hace meses hay tiendas de campaña colocadas tanto en el terreno de la puerta de entrada del CETI como en el patio interior del centro. La lluvia ha provocado que estas instalaciones tengan que ser protegidas con plásticos para evitar que el agua entre dentro. Además, los responsables del centro han intentado mantener estas tiendas desocupadas estos días de mal tiempo y ubicar a los residentes en el interior del CETI, aunque las habitaciones tengan una ocupación más alta.
La situación de los últimos diez meses en el centro ha sido insostenible. La plantilla de la cocina se ha incrementado para dar respuesta a esta situación, pero continúa siendo escasa. No obstante, a pesar del elevado número de inmigrantes que vive en el centro, las fuentes consultadas por El Faro, indican que no se producen altercados de importancia, aunque indican que sí hay fricciones especialmente entre los sirios, que continúan siendo mayoría en las instalaciones. “Afortunadamente no hay muchas peleas, sino sería imposible controlarlo con siete u ocho vigilantes por turno”, afirmaron.
En cuanto al día a día de los inmigrantes en las instalaciones, las mismas fuentes indican que tienen que soportar largas colas para cubrir necesidades básicas como la alimentación o el aseo. “El comedor abre a las 12:45, pero hay personas en cola desde antes de las 12:00 horas porque saben que si no lo hacen así, comen muy tarde”, indicaron. Algo similar ocurre con las duchas, en las que los inmigrantes tienen que soportar largas esperas para poder asearse.
Hay que recordar que a principios de este año, otras fuentes internas del centro apuntaron, incluso, que la sobreocupación de las instalaciones había provocado un importante deterioro en las mismas y señalaron que era necesario realizar una intervención. A pesar de que el Gobierno siempre había sido contrario a la ampliación del centro, hace unas semanas el delegado del Gobierno reconoció que la situación de saturación del CETI se ha vuelto constante y los traslados de inmigrantes a la península no son suficiente para aliviarla. Habrá que esperar para saber en qué consistirá la intervención y cuándo se hará realidad. Hace más de un año que la cifra de ocupación del CETI no baja de las 1.000 personas.
Más de 300 niños viven en “malas condiciones” en las instalaciones
La tipología de inmigrantes residentes en el CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes) ha ido cambiando de forma notable con el paso del tiempo. Poco tiene que ver la situación actual del centro con la de hace 15 años. En los últimos meses, además, la guerra de Siria ha provocado la llegada de un importante número de personas procedentes de este país que piden asilo. La mayoría son familias completas. Por eso, la cifra de menores que vive en el centro se ha incrementado considerablemente. Ahora mismo hay en torno a 300 niños. Las fuentes internas del centro consultadas por El Faro indican que las instalaciones no está acondicionadas para que residan menores, menos aún ahora con una ocupación que cuadruplica la idónea. Por ello, consideran que es imprescindible que se realice una intervención integral cuanto antes para que estas familias tengan un espacio adecuado en el que vivir mientras están en Melilla.