Quiero aprovechar estas líneas para transmitir mi agradecimiento a toda la ciudadanía melillense por estos tres años en los que he tenido el privilegio de trabajar por y para nuestra ciudad y sus vecinos. Ser delegado del Gobierno de España es siempre un honor, máxime si se ejerce en la propia ciudad, donde se ha nacido y vivido.
Esta etapa de mi compromiso político ha servido para impulsar proyectos que aportasen soluciones a la realidad de nuestra ciudad. Proyectos que han abarcado todos los ámbitos que afectan a la calidad de vida en Melilla, desde la educación, la sanidad, la seguridad, la atención a la dependencia, los transportes y comunicaciones o la promoción del empleo. El hecho de haber ejercido mi cargo en el contexto de la mayor crisis económica internacional de la democracia ha sido un estímulo diario. Pese a encontrarnos en una situación económica tan compleja, he podido comprobar de primera mano la apuesta permanente del Gobierno de la nación para con el futuro de los melillenses.
Ejercer de delegado del Gobierno en Melilla supone un reto permanente en el transcurso del cual se han de tomar decisiones que no siempre satisfacen a los implicados. No obstante, en la acción de gobierno es imprescindible mantener dos principios: asumir la responsabilidad de tomar las decisiones aunque puedan ser poco comprendidas y decidir anteponiendo los intereses generales de la ciudadanía a los particulares. No espero que se comprendan todas las decisiones, pero sí puedo garantizar que todas ellas se han tomado en conciencia, primando los criterios de justicia, igualdad.
Al finalizar una etapa así, queda siempre el deseo de haber podido hacer más, de haber rematado proyectos o dar inicio a nuevas ideas. No obstante, tengo la absoluta seguridad de que el balance es muy positivo para el desarrollo de Melilla y eso me permite salir de esta Delegación de Gobierno satisfecho y orgulloso del trabajo realizado por el equipo humano que me ha acompañado.
Estoy igualmente convencido de que el nuevo delegado del Gobierno sabrá darles el impulso necesario y más allá mejorar aquellos aspectos que necesiten un nuevo enfoque. Algo sólo posible gracias a la renovación de responsables que es garantía de la transparencia y democracia.
Abandono la Delegación del Gobierno para defender desde otro espacio, el del Gobierno de la Ciudad Autónoma, el ideario de progreso, libertad, desarrollo y calidad de vida en el que siempre he creído. Ideario que se plasma en un proyecto político sólido y muy concreto y que estoy seguro tendré oportunidad de poder volver a aplicar en breve.
Quiero terminar esta carta estrechando con un fuerte abrazo a todos los melillenses y redoblando mi compromiso para con nuestra ciudad allí donde su confianza pueda llevarme. Gracias de todo corazón.